En 1960 se filmó una de las películas mexicanas más polémicas de todos los tiempos, misma que estuvo dirigida por Julio Bracho y contó con la participación de queridos actores de la Época de Oro del Cine Mexicano como son Tito Junco, Tomás Perrín, Carlos López Moctezuma y el primer actor Ignacio López Tarso, se trata de nada menos que la adaptación de una popular novela revolucionaria titulada "La sombra del caudillo" escrita por el periodista Martín Luis Guzmán.
La historia de la cinta va de la mano del texto, pues es de destacar que la novela fue publicada en Madrid, España, pero en México sufrió censura por algún tiempo, sin embargo, eso hizo que 25 años antes de filmar la película Bracho le pusiera más atención, así en 1936 adquirió los derechos del libro. Jesús Cárdenas fue quien apoyó al director para la realización de la adaptación y todo fluía de maravilla, pues el guion fue aceptado por la Secretaría de Gobernación.
El rodaje se dio del 4 de febrero al 18 de marzo de 1960 las locaciones fueron la Ciudad de México y Toluca, capital del Estado México, de hecho la realización de "La sombra del caudillo", de hecho el presidente Adolfo López Mateos dio la autorización de filmar algunas escenas en la Cámara de Diputados y en Castillo de Chapultepec.
Prohíben su difusión
El estreno se dio el 17 de junio de 1960 en el cine Vesalles y muy pocas personas la pudieron observar, posteriormente fue presentada en el Festival Internacional de Cine de Karlovy Vary, de República Checa, la cinta fue calificada como "la mejor película mexicana de todos los tiempos", sin embargo, algo pasaría que no permitió que los mexicanos gozaran en el cine de esta pieza.
De acuerdo con información que se ha conocido a través del tiempo, se sabe que su exhibición fue frenada por la Secretaría de la Defensa Nacional, el general Agustín Olachea hizo la presión suficiente para que no fuese exhibida, lo que desató una guerra mediática en los principales periódicos del país.
Bracho murió y jamás la vio en el cine
El entonces secretario de Gobernación, Gustavo Díaz Ordaz, prometió a Bracho que haría lo que estuviera en sus manos para que se proyectara en las salas de cine. El tiempo pasó y Bracho falleció en 1978, sin que su obra maestra se pudiera ver en las pantallas de México.
Durante el sexenio de José López Portillo se le realizó un homenaje póstumo al director en Durango y se planeó la proyección de la película, pero de nueva cuenta no se autorizó, fue hasta el 25 de octubre de 1990 en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari que finalmente se pudo ver en una pantalla de cine en el país.
Esta joya del cine nacional esta preservada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), de hecho durante los festejos en 2010 del centenario de la Revolución Mexicana fue exhibida en el ciclo "La novela de la Revolución”.
Actualmente la cinta puede ser vista de manera gratuita en la plataforma de YouTube.
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