Los conflictos sociales que ocurrieron en distintas partes del mundo en los 60 provocaron un cambio cultural sin precedentes. En México el movimiento estudiantil del 68 aceleró el proceso creativo de artistas en el cine que cuestionaban la manera de expresarse libremente, tras décadas en las que se tenía que seguir todo lo que el productor decía.
“Tras estos hechos, la nueva sociedad civil comenzó a cuestionarse por qué no abordar temáticas controvertidas de la realidad nacional y para su difusión fue fundamental la presencia de los cineclubes, porque abrieron la conversación sobre otras cinematografías”, afirmó el crítico de cine Enrique Figueroa.
Entre los espacios que más destacaron estuvieron el Cineclub del IFAL, Instituto Francés de América Latina, y el que impulsó Manuel González Casanova, Cineclub Progreso, que mostró filmes de contenido social que se hacía en República Checa, Estados Unidos y Gran Bretaña en los 50, así como obras independientes que se hacían en México.
“Este contenido llegó también a la UNAM y al INP, por eso cuando empezó el movimiento los alumnos del CUEC, asumieron que su forma de ayudar era filmando los acontecimientos, los cuales sirvieron para contrarrestar la información oficial que se presentaba en los medios”, agregó Figueroa, colaborador de Cinema Tempo Historia y CinemaNET.
Tras finalizar el conflicto, se hizo “El Grito”, una película que es considerada por especialistas en la materia cómo el primer documental estructurado de un movimiento social en México. “Pero fue en 1970 que surgió el primer concurso nacional de cine independiente que buscaba la renovación del contenido nacional al margen del industrial; en los siguientes años surgen historias más críticas”, agregó Figueroa.
Tras esto, los autores se animaron a hablar de temas como género, machismo, suicidio, infidelidades, sexo y clases sociales, que para esa época eran muy controversiales. Entre ellos Los Cachorros ,de Jorge Fons; Mecánica nacional, de Luis Alcoriza, y Siempre hay una primera vez, de José Estrada.
FILME ICÓNICO
- “El Grito” fue dirigido por Leobardo López, luego de que fuera elegido en una asamblea estudiantil.
- Manuel González Casanova era director del CUEC en esa época y él resguardó parte del material.
- En los 50, la figura que más importaba en el cine era la del productor, él decía qué se filmaba.
- Los cineclubes enfrentaron al monstruo hegemónico de las grandes salas, pero fue pieza clave de la época.
MAAZ