Con más de 20 años como percusionista, Pablo Gómez-Molina evoluciona y se pasa al frente del escenario para sorprender al público dando voz a sus temas, lo que le permite no sólo tomar más protagonismo, sino conectar con sus emociones para poder contar su historia de vida, a través de las canciones.
“Como percusionista nadie te ve y jamás tendrás la culpa de algo, sonríe, pero no es una cuestión de ego lo que me animó a cantar, en realidad me encanta acompañar a otros. Es sólo la necesidad orgánica de querer contar mi historia, porque conecto mucho más con mis emociones, de cierta manera me desnudo tanto, que es algo que con otros instrumentos no me ha pasado jamás”, afirmó el músico español.
Gómez-Molina lanza este mes su disco “Como ateo en el amor”, en el que hace un recorrido por los sonidos del Mediterráneo y de Américas, tocando géneros como el surf, pop y rock, pero el principal reto fue superar esa timidez que al mismo tiempo es lo que lo hacía estar atrás, acompañando a otros y que incluso en ocasiones, ni solos pedía.
De este material, se desprende el sencillo del mismo nombre y cuenta la historia de cuando una persona no sabe cómo decir adiós y simplemente lo deja a la suerte del olvido. El video de esta pieza musical cuenta con la colaboración del dúo Fetén Fetén, a quienes Pablo no conocía, pero un amigo le sugirió que los sumará al tema, porque encajaban con su estilo. De inmediato los escuchó, llamó a Diego y éste aceptó participar.
“Todo fue de manera natural, pero en realidad el disco tiene 21 músicos diferentes colaborando, todos han tocado con grandes artistas y son músicos impresionantes. Pero con Diego todo fue natural, en cuanto dijo que sí, tomé la cámara, los visité y grabamos en un solo día, fue divertido”, explicó.