Son 15 días los que restan para la jornada electoral que se realizará el 6 de junio, lo cual implica que las campañas electorales comienzan su etapa final para que los candidatos y las candidatas presenten sus propuestas y posicionarse entre las preferencias de los votantes.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional Electoral (INE) se estima participarán más de 93 millones de personas y serán renovados más de 20,000 puestos de elección popular en todo el país.
En tanto, algunos votantes ya tienen claro por el partido político o coalición por la que emitirán su sufragio y existe también una proporción que aún no define la fuerza política por la cual votará.
Para este último grupo de personas, los aspirantes a un puesto de elección popular han llamado a hacer uso del voto útil, es decir, que se emita un voto por la opción que tiene más opciones de obtener el triunfo en el presente proceso electoral.
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Esta forma táctica de emitir el voto no implica que sea la opción que el ciudadano prefiera, pero también es usado para evitar que gane un candidato que considera contrario o ajeno a los intereses.
Por otra parte, de acuerdo con lo reflejado en las encuestas a dos semanas de la elección, algunos resultados reflejan empates técnicos, por lo que este tipo de voto permite a un candidato obtener cierta ventaja en los comicios.
Uno de los antecedentes al respecto del llamado al voto útil sucedió en la elección presidencial del 2000, con el candidato de Acción Nacional, Vicente Fox. Ese voto estratégico fue empleado con el fin de que el aspirante del PRI a la presidencia no ganara la elección y así buscar la alternancia en el poder, por lo que se puso fin a 71 años de gobierno priistas.
El objetivo de Fox fue lograr el apoyo de los ciudadanos que no estaban conformes con lo hecho por el PRI y el candidato panista obtuvo la victoria con el 42.5% de los votos (15.9 millones de sufragios) y Labastida Ochoa registró el 36.1% (13.5 millones de sufragios).
yc