CARTAS DE NAVEGACIÓN

Reelección en la Cámara Alta: decisión de los liderazgos partidistas

El INE aprobó el listado de candidaturas federales a diputados y senadores para el proceso electoral del 2024. Con éstas se dieron a conocer los perfiles que buscarán la reelección y, de forma indirecta, los senadores que no consiguieron el respaldo de sus partidos

EL MUNDO DEL DERECHO

·
Rafael Aranda VollmerCréditos: Cortesía

Los hechos:  El INE aprobó el 01 de marzo el listado de candidaturas federales a diputados y senadores para el proceso electoral del 2024. Con éstas se dieron a conocer los perfiles que buscarán la reelección y, de forma indirecta, los senadores que no consiguieron el respaldo de sus partidos para ejercer este derecho.

Entrelíneas y trasfondos: El listado refleja una dinámica compleja en la que el derecho de los senadores a buscar la reelección se presenta como un proceso selectivo y controlado por los partidos políticos. En cifras, 76% (97) de los senadores en activo no podrán buscar la reelección y sólo 24% recibió el aval de su partido para nuevamente postularse.

Sigue leyendo:

Hace ya 30 años

El abogado de empresa en un entorno internacional

Resulta interesante observar cómo el respaldo partidista para la reelección varía entre las diferentes fuerzas políticas, destaca que el Partido del Trabajo (PT) es quien más cuadros avaló para buscar la reelección. Lo siguen, el PRI, Morena, el Partido Encuentro Solidario (PES) y el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Por otro lado, una cuarta parte de los senadores (32) fueron postulados para una diputación federal. Para la mayoría de estos, ello implica una pérdida de su peso político, margen de operación y visibilidad mediática, con excepción de los pocos casos que, por su experiencia legislativa y fuerza, podrían presidir la Cámara Baja, como en el caso de Ricardo Monreal, o encabezar su fracción parlamentaria.

De los 97 que no buscarán su reelección hay 10 que fueron electos como gobernadores, entre 2019 y 2023, y cinco que competirán para gobernar su estado en este proceso electoral (2024). Para ellos fue un avance importante en su carrera política o tiene este potencial, en caso de ganar la elección. 

La sociedad civil no obtuvo representación significativa en las candidaturas de los partidos políticos, ya que no existen normas o acciones afirmativas que incentiven, mucho menos obliguen, a los partidos a incluir cuadros de la sociedad civil en las candidaturas. Cabe señalar que la opción de las candidaturas independientes tiene mucha viabilidad en contiendas locales, pero a nivel estatal y presidencial difícilmente logran cumplir los requisitos para contender y, mucho menos, para ser competitivos.

El derecho de autoorganización de los partidos prevalece, incluso jurídicamente, sobre el derecho de reelección de los legisladores. Esta facultad de los partidos se traduce en un amplio margen de operación, por no decir monopolio, de los líderes partidistas para controlar los mecanismos de selección y de negociación interna, ya sea que su objetivo sea acotar a los liderazgos locales (con las consecuencias que esto ocasione por desestimar sus capacidades de operación local), colocar cuadros leales (para fortalecer a su grupo o corriente política) o buscar un relevo generacional.

Al acotar la reelección se pueden incorporar actores políticos e ideas frescas en el Poder Legislativo, pero también permite apuntalar el control de los liderazgos de los partidos, así como de los poderes ejecutivos nacional y estatales, sobre los legisladores. También podemos decir que subordina el derecho de los ciudadanos de reelegir a sus representantes en el Senado a los intereses de las dirigencias partidistas. Aunque cabe señalar que no le quita al ciudadano su derecho de castigar esta decisión del partido negando su voto al nuevo candidato.

En esta misma línea se advierte el interés de algunos actores políticos, específicamente Morena, de eliminar la reelección en cualquier cargo, lo cual abonaría al debilitamiento de la calidad de los cuadros que lleguen al Congreso, al limitar su experiencia legislativa, y podríamos retornar a la época de preeminencia del poder Ejecutivo sobre el Legislativo.

 

Rafael Aranda Vollmer, Especialista en Manejo de Riesgos