EL MUNDO DEL DERECHO

Ayuda mutua

La interacción entre el abogado transaccional o de negocio y el abogado de litigio en los casos que contar con ambos es necesario o conveniente, que, por cierto, suelen ser los más delicados, es un claro ejemplo de la importancia de la ayuda mutua en la abogacía

EL MUNDO DEL DERECHO

·
Ricardo Garduño.Ricardo Garduño detalla la importancia de la ayuda mutua entre las distintas ramas de la abogacía Créditos: El Heraldo de México

A veces es bueno comenzar con una obviedad para poder transmitir el mensaje que se quiere dar: el ejercicio de cualquier profesión implica una gran responsabilidad con la sociedad en su conjunto y con quien se interactúa directamente en lo particular.

Con esa obviedad en mente, poco tiempo pasará en nuestra vida profesional para caer en cuenta de que dar resultados de excelencia supone la ayuda entre colegas. Pensarnos mejores aislados en nuestra tarea diaria, cualquiera que ésta sea, comúnmente nos colocará un paso atrás para poder llevarla a cabo con responsabilidad y éxito.

La interacción entre el abogado transaccional o de negocio y el abogado de litigio en los casos que contar con ambos es necesario o conveniente, que, por cierto, suelen ser los más delicados, es un claro ejemplo de la importancia de la ayuda mutua en la abogacía.

Sin duda es desalentador y lamentable para la persona que necesita asistencia legal oportuna y de calidad, notar que su equipo de abogados no tiene una relación en la que predomine el intercambio fluido e inteligente de ideas, que derive en recibir el mejor consejo legal posible y en la que, en vez de ello, se respire una dinámica de confrontación que poco suma y mucho resta.

Recordemos que un abogado debe dar tranquilidad y certidumbre a quien aconseja y representa. Por ello, bien vale la pena ser analíticos sobre el perfil de los abogados que integrarán el equipo legal que atenderá el caso particular, el cual se compone de varios aspectos: la capacidad técnica y de interacción en el foro legal, el temperamento y carácter, la disposición al diálogo y el compromiso a asumirse y conducirse como parte de un equipo interdisciplinario son algunos de ellos. Poco añadirá a lograr una asesoría legal de excelencia un abogado con impecable formación técnica, pero con poca o nula capacidad de diálogo o viceversa, por ejemplo.

De tal manera que el abogado de empresa, en su labor de conformar equipos legales en asuntos que requieran la asesoría tanto de abogados de negocio como de litigantes, debe dominar la habilidad de identificar a profesionales, internos o externos, que no solo se complementen sino que también sean profesional y personalmente compatibles, talento que es muy apreciado por las personas que integran los órganos sociales, la alta gerencia y los demás funcionarios de una empresa y que esperan recibir servicios legales de alto nivel.

Como nota final, recordemos que los retos profesionales que se le presentan a los abogados de empresa son variados y comúnmente complejos, por lo que resulta indispensable para su óptima atención tener el apoyo de abogados transaccionales y de litigio que tengan como valor asimilado la ayuda mutua.