EL MUNDO DEL DERECHO

El abogado de empresa en un entorno internacional

El abogado de empresa envuelto en un entorno internacional, debe ejercitar, con doble empeño y talento, el manejo adecuado y funcional de las relaciones humanas

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Créditos: El Heraldo de México

En anteriores columnas se ha tratado someramente la importancia que tiene para el abogado de empresa interactuar fluida y profesionalmente en su entorno, con ética y habilidad para atender los diversos temas en los que está involucrado en su día a día.

Este entorno se compone, al interior de la empresa, por sus colegas abogados; sus compañeros de las áreas de negocio y otras áreas funcionales (v.gr. riesgo, finanzas, cumplimiento, auditoría, capital humano); la alta gerencia; los órganos sociales, primordialmente, el órgano de administración y los comités internos, y, en instituciones familiares, por sus propietarios. Al exterior de ella, las piezas del entorno que más destacan son las autoridades, reguladores y organismos de asociación de la industria a la que pertenece la empresa, así como sus clientes, competidores y proveedores.

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Esta labor de interacción constante es compleja y puede llegar a ser muy demandante y estresante. Sin embargo, también es de las partes más interesantes, formativas y alentadoras que puede experimentar el abogado de empresa, al estar en el centro de uno de los componentes más importantes que nutre la vocación de esta profesión: las relaciones humanas.

El reto, alentador como se dijo, cobra otra dimensión cuando el entorno en el que se actúa es altamente internacional y heterogéneo, lo cual ocurre mayormente en empresas que forman parte de un grupo empresarial que opera en múltiples jurisdicciones y, en su cúspide, cuando esas múltiples jurisdicciones se cuentan a dos dígitos y se es parte de industrias altamente reguladas como la financiera, la energética y la farmacéutica.

Así las cosas, bien vale la pena contar con una brújula que guíe al abogado de empresa a ser exitoso en el dominio de tan fundamental tarea. Lo primero, es considerar que en la gran mayoría de los grupos empresariales internacionales existe una casa matriz, la cual dicta los lineamientos generales y mejores prácticas que rigen su actividad empresarial y que se concretan en las distintas jurisdicciones en las que tiene presencia, con los ajustes, claro está, que sean necesarios o convenientes para ello. Estos lineamientos y prácticas están nutridos por la filosofía, valores, intereses y dinámica de la casa matriz y, en caso de que decida adoptarlos, los de sus empresas afiliadas; por ello, observar y comprender estos aspectos de, digámoslo así, el líder de la caravana, es esencial para que el abogado de empresa se desempeñe con excelencia.

Otro aspecto relevante de esta brújula lo constituye el firme compromiso de actuar conforme al marco legal que rige tanto a la casa matriz como a las demás empresas que conforman el grupo empresarial; tarea ésta nada fácil si tomamos en cuenta las diferencias que suelen existir entre las distintas normativas aplicables. De hecho, habrá ocasiones en que ciertas actividades que hace la casa matriz en su lugar de origen, no podrán ser realizadas en otras jurisdicciones, o bien, deberán tener cambios en mayor o menor medida para poder hacerlo, para lo que se requiere de mucha creatividad y capacidad de diálogo para llegar a acuerdos dentro de los componentes internos y externos del entorno que ya comentamos.

Una tercera pieza de la brújula, lo es el contexto de negocios o actividades de cada jurisdicción en la que se opera, el cual se compone por autoridades, reguladores y organismos de asociación indicados, así como por los competidores, clientes y proveedores de la empresa. Destaca, dentro este contexto, que dichos clientes y proveedores deberán de ajustarse al estándar de conducta y demás políticas de la casa matriz y sus empresas afiliadas, así como a modelos de negocio novedosos como el llamado “Environmental, Social and Governance” o “ESG”, por sus siglas en inglés, que conlleva el compromiso de las empresas de operar de forma ética y sustentable en lo que respecta al medio ambiente, lo social y el gobierno corporativo.

La reflexión final en esta ocasión, es que el abogado de empresa envuelto en un entorno internacional, debe ejercitar, con doble empeño y talento, el manejo adecuado y funcional de las relaciones humanas, con el objetivo prioritario de que su labor de asesoría sea íntegra e integral. Para ello, la brújula que se ofrece en esta columna puede resultar de alguna utilidad.