POESÍA

Poesía para entender la catástrofe tras el sismo de 2017

El poeta Mario González Medrano presenta El pie bajo su escombro, surgido de los sismos de 2017

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Fotos: Especial

Si existe alguien que comprende mejor la catástrofe, es el poeta. La palabra, piensa el escritor, editor y periodista Mario González Medrano (1986), le permite “nombrarla, y cuando la nombra, la comprende”. Su último poemario, “El pie bajo su escombro” (ediciones del lirio, 2024), responde a la “necesidad por entenderse en medio de la tragedia” que dejaron tras de sí los sismos de 2017.

Ese 19 de septiembre, dice, “fue un penduleo, un quiebre, una ruptura y el entendimiento de la fragilidad”. Entonces, Medrano trabajaba en un medio impreso: “Mi lenguaje era el de la información, de los medios y sus cifras y declaraciones. Afuera, en el mundo, había resquicios, fisuras familiares, personales, y el poeta —o quien intenta el poema— es el mejor cronista, como ocurrió en la la Conquista, que fueron los poetas —que no los cronistas— quienes mejor entendieron las catástrofes”.

También autor de “Nebde” (2019), donde buscó establecer la posibilidad de construcción de una ciudad, con el nuevo poemario se adelanta a su propio trabajo y habla de la caída que lleva a la edificación: “De los espacios blancos y límpidos del primer libro, paso a ese espeso aire, lleno de tierra, hosco, que es el segundo libro. Podría decir que con “El pie bajo su escombro” termino mi ciclo sobre la ciudad”.

Para contar su versión de la tragedia, Medrano ha optado por ceñirse al tiempo, cada poema es antecedido por una hora precisa. El libro arranca con un ‘Presagio’ y sucede desde las 12 del día de aquel fatídico 19 de septiembre: “Contar las horas es la mejor manera de edificar la tragedia. Saber que el sismo ocurrió a las 13:14:41 nos marca una hoja de ruta de hacia dónde se fue el día, de dónde viene, y entender que después, la ciudad no fue la misma”.

Créditos: (Especial)

Los versos del poeta se extienden en el contexto citadino, el de la Ciudad de México, marcada por el fantasma telúrico. Este libro, explica, “es el paso por un día, no más, por la travesía por el polvo y los derrumbes, por las grietas y los movimientos, por el llanto, la muerte y la paz y la vida. El tiempo nos permite situarnos en un presente y, “El pie bajo su escombro” ocurre ahí”.

El desastre, para el autor, es inherente a lo humano: “La historia, la literaria y la no literaria, nos ha dado a entender que el hombre no sabe salir de la tragedia. Dostoievski, Tolstoi, Gógol no pudieron escribir sin la catástrofe, acaso ellos no de la naturaleza, pero sí de la personal. Kafka es catástrofe sin esperanza; Hemingway era festividad aderezada de catástrofe; Balzac era catástrofe a puertas cerradas. Esperanza la hay, pero como en el periodismo, se espera que casi no llegue, o tarde en llegar. Las experiencias más personales siempre llevan a un pozo”.

Así, ¿para qué te sirve la poesía?
“Para nada práctico, pero mucho personal. Me deja pensar mejor. Volver a mí y a mi historia personal con mis propios códigos y procesos. La poesía no es útil si no sólo para quien la mira de frente y con sinceridad”.

-¿Para qué nos sirve la poesía al resto?
“Para salir del lenguaje habitual, para comprender mejor las palabras, para alcanzar un mejor entendimiento del propio ser. La poesía edifica o destruye, expande el radio de acción de la mente. Leer poesía ayuda a dar un respiro. Eso, no sé si sea útil, pero creo que puede ser necesario”.
 

ELEMENTOS

  • "El pie bajo su escombro" se presenta el 28 de septiembre en el Complejo Cultural Los Pinos.
  • Además de escribir poesía, el autor ha hecho periodismo y crítica literaria, y se desempeña como editor.

Por Luis Carlos Sánchez.

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