CÚPULA

Apuesta por el disfrute de la ciudad

Ana Francis Mor, próxima secretaria de Cultura de la Ciudad de México, habla con Cúpula sobre el trabajo que realizará a partir del 3 de octubre

EDICIÓN IMPRESA

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Ana Francis MorCréditos: Especial

En 16 días, Ana Francis López Bayghen Patiño, mejor conocida como Ana Francis Mor, ocupará el cargo de secretaria de Cultura de la Ciudad de México. Su designación fue recibida positivamente por la comunidad cultural, por ello, dice, tiene la responsabilidad de estar a la altura de la expectativa. 

Sin embargo, hay claridad en el rumbo que la dependencia tomará: la territorialización de la cultura, es decir, recuperar el espacio público y ofrecer a los capitalinos un gran abanico de oportunidades para el disfrute de las diferentes expresiones artísticas. 

Además, cuenta en entrevista con Cúpula, otro de los objetivos es dignificar el quehacer de los trabajadores del sector.  En suma, ataja, en el centro de las políticas culturales del próximo gobierno capitalino están sus habitantes.

Los objetivos no son fortuitos, están sentados sobre los más de 30 años de experiencia artística —Las reinas chulas es unas de las compañías más importantes del teatro en México—, y sobre su tarea como legisladora local; como diputada dio una gran impulso al reconocimiento de los derechos culturales en la Ciudad de México  y los derechos laborales de quienes trabajan en el arte y la cultura, y dio seguimiento puntual a los presupuestos y acciones que se han realizado en este tema desde las alcaldías. 

Asimismo, su trabajo como activista también ha sido parte fundamental de su quehacer desde sus diferentes trincheras e intereses: las mujeres, la violencia de género, la violencia vicaria, los derechos de las comunidades LGBT y el feminismo.

Foto: Especial 

Tu nombramiento ha sido bien recibido y ha generado una gran expectativa.

¿Qué es lo que te generó tu designación?

Mucho agradecimiento para con las comunidades culturales porque, en efecto, la reacción fue súper buena, de mucha esperanza y de mucha expectativa; entonces, primero grité 15 minutos de alegría, pensé que qué padre, qué bien, gracias; pero después dije, ay, ojón, si la expectativa es de ese tamaño, pues de ese tamaño tiene que ser la respuesta.

Y luego, la verdad es que a mí esto me atraviesa la entraña, es decir, en la pandemia yo era una de las tantas artistas que se puso a hacer comida y a vender cosas para sobrevivir. Las reinas chulas nos pusimos a hacer albóndigas, chiles, tinga, etc., para venderle comida a lod clientes del teatro y poder sobrevivir. Además, nos pusimos a hacer shows por Zoom, etc.

De modo que creo que la pandemia fue crucial para comprender las precariedades y para tomar conciencia de las profundas necesidades de buena parte de la población, incluidas las personas trabajadoras del arte y la cultura, entre las que nos encontrábamos en ese entonces. Otra cosa que hizo muy evidente la pandemia fue la importancia de la cultura y del arte para la salud mental.

Había gente que se conectaba al cabaret Zoom cada semana y al terminar la función nos quedamos a cotorrear con la gente, cada quien con su chela en su casa y mucha gente que estaba sola nos decía que era su momento de la semana para no volverse locos; además, teníamos gente de América Latina y el Caribe que ha seguido nuestro trabajo y  que por fin pudo ver un show de Las reinas chulas seguidito.

Esas conversaciones no hubieran sido posibles sin la pandemia, entonces, ¿qué cosas quedaron claras, en términos de una persona interesada y hacedora de cultura como soy yo? Uno, la importancia del espacio público, quedó perfectamente claro que si recuperamos el espacio público y de convivencia es la única manera de construir paz.

Dos, que nos tenemos que ocupar de los derechos laborales de una cantidad importante de personas, entre ellas nosotras; y tres, que las cosas importantes son realmente pocas y las cosas no importantes son un montón alrededor del consumo, del éxito, que valen para nada cuando estás en una circunstancia de emergencia.

¿Cómo abordará la creación de nuevos públicos?

A mí no me gusta hablar de creación de públicos, me gusta más hablar de una construcción de una cultura que necesite la cultura. Eso tiene que entrar desde la escuela, por eso este programa que plantea Clara Brugada de “Do, re, mi, fa, sol” que es entrar a las escuelas de educación básica con clases, instrumentos, acceso para que dentro de las escuelas se hagan orquestas, compañías de teatro, de danza, de circo. Seguramente vamos a empezar por un número determinado de escuelas, no todas, porque hay que pilotar.

Habría que trabajar, por ejemplo, con la iniciativa privada. ¿Qué pasa si de las horas que trabajas a la semana, te dicen: tres horas no las trabajes, te dejo salir antes para que vayas al museo y te doy el boleto? Si no lo haces en tu horario laboral, no va a pasar, la neta. Entonces (hay que) empezar a imaginar ese tipo de programas, para irnos metiendo en todas las áreas de la vida.

¿Cómo convencer a las empresas? No se logró la iniciativa de las 40 horas de trabajo.

Pues hay que hacerlo, el “no” ya lo tenemos. La verdad es que en mi experiencia como legisladora tuve la oportunidad de conversar con un montón de grupos empresariales y veo que es un momento de mucha voluntad.

Hablando de trabajo, ¿qué propone para mejorar los derechos laborales de los trabajadores del sector cultural?

Ahí incluiría a todo el mundo. Desde quién está detrás de la cámara, hasta quien está frente a la cámara. Estamos justamente preparando ese diagnóstico. Hay muchas cosas que hay que reconstruir en ese sentido, cuando presentemos las acciones de los primeros 100 días, las vamos a presentar puntualmente.

¿Pero para usted qué es lo más urgente a trabajar?

De entrada en una campaña informativa de IMSS-Bienestar porque cada gestión de artista que me llegaba de “me rompí la pata”, yo les decía: ¿ya fuiste a tu hospital? No tienes que estar afilado, es un derecho con tu INE. Por supuesto, lo que ya tienen no necesariamente funciona perfecto.

Entonces, vamos a tener una ventanilla permanente de atención a la comunidad del arte y la cultura, que no necesariamente saben el camino institucional a seguir. La usanza ha sido: “No me toca a mí, le toca a la Secretaría de Trabajo”, pero nosotros lo que estamos planteando es: “No me toca, pero te llevo con quien le toca y te voy acompañando”.

De las primeras acciones que voy a hacer es preguntarles a las mamás de la Secretaría de Cultura qué necesitan para el cuidado de sus criaturas.

¿Pero se darán abasto?
¿Cuántos artistas viven en la CDMX?

No lo sabemos, ese es uno de los problemas. Se necesita una interinstitucionalidad que funcione. A mí me fue muy bien en la legislatura con una interinstitucionalidad. El primer año no, tuve que talachear un montón, construir los puentes, pero en eso soy buena.

Se alega esta invisibilidad de la Secretaría de cultura local, que a veces se pierde o se ve opacada por todo lo federal que ocurre en la ciudad.

También las alcaldías, que ejercen entre el 30 y el 40 por ciento del presupuesto de cultura y no necesariamente sabemos en qué. Muchos compañeros y compañeras no tienen acceso a las cosas básicas, ¿no? Y piensan que es una falta de apoyo de la Secretaría de Cultura y no necesariamente, sino también las alcaldías y todas las demás áreas del gobierno.

O sea, si tú no tienes vivienda, no es culpa de la Secretaría de Cultura. Es una responsabilidad de toda la ciudad. Porque tú sí deberías de tener vivienda. Quien tiene que solucionar es el gobierno en su conjunto, por medio de estrategias, instituciones, políticas públicas.

Señala esto de las alcaldías, pero entonces ¿usted como secretaria de Cultura podrá vigilar que el presupuesto de Cultura se haya usado correctamente?

Este es un gobierno que plantea la información, informarle a la gente lo que está pasando y en dónde. Creo que hay que apoyarnos entre todos. Yo como diputada lo estuve haciendo, estuve preguntando en las alcaldías, ¿dónde está su presupuesto de cultura? ¿En qué se lo están gastando? Cuauhtémoc, ¿por qué presupuestaste cero pesos para cultura? ¿Qué pachó?

Esto tiene que ver a partir de la creación de una cultura ciudadana. Lo que sí tengo es muy buena relación con buena parte de alcaldes y alcaldesas, si no es que con la mayoría, con quienes en campaña también estuve trabajando. Hay quienes tienen mucha claridad en la agenda cultural y hay quienes me han dicho “pues no lo sé, pero dime cómo”.

Entonces creo que vamos a poder trabajar. Yo voy a ser muy insistente en colaborar con las alcaldías. Y si esa colaboración no se da, voy a dejarlo muy claro y voy a ser muy informativa en dónde se está atorando el callo.

Por Alida Piñón 

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