Un acontecimiento sin precedentes para la música mexicana está por suceder: por primera vez, la obra completa para piano, descubierta hasta ahora, del compositor Manuel M. Ponce (1882-1942) será ejecutada. Se trata de un corpus de 243 piezas, 11 de ellas desconocidas hasta ahora, que serán tocadas por 23 pianistas mexicanos y extranjeros, en 17 conciertos que sucederán en México y Estados Unidos.
En total, suman de nueve a diez horas de música: “12 conciertos serán en México: dos en Cuernavaca, diez en la Ciudad de México y cinco en Houston”, informó el pianista Omar Herrera Arizmendi, bisnieto del compositor nacido en Fresnillo, Zacatecas, y creador de Ponce Project Music Foundation, organismo que promueve el programa-homenaje denominado “Ponce 243: obra completa para piano”.
Tres recitales sucederán en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Cenart), ahí también se llevará a cabo un conversatorio y la inauguración de la exposición “Cartas de juventud”, conformada por misivas, fotografías y partituras. Parte de ese material, explicó Herrera, fue localizado hace unos diez años en un banco de Tijuana.
“Mi bisabuelo José Braulio Ponce, uno de los hermanos mayores de Ponce, era también músico y cuando Manuel viaja a la Ciudad de México en 1900, y después a Europa en 1905, Cuba, tuvo correspondencia con él”. En total, señaló, se ubicaron 57 cartas “en donde se habla mucho de música, son muy relevantes porque son de sus años tempranos, menciona como conoció a Ricardo Castro y lo que opina de él, Ponce le mandaba reseñas de los conciertos a su hermano, programas, composiciones, entre las cartas viene una partitura”.
La interpretación de la obra pianística completa de Ponce reviste de importancia además porque incluye la ejecución de piezas inéditas: “Entre las cosas que guardó José Braulio se encontraron manuscritos: existe una Suite a cuatro manos que Ponce escribió junto con su hermano Manuel, mucho más ambiciosa que la Gavota a cuatro manos que se conoce, esa no se va presentar en esta serie de conciertos, pero se presentan piezas para piano solo, algunas que solo les faltaba una frasecita al final, algún detalle, otras que sí se encontraron completas”.
El proyecto en torno al legado de Ponce incluye una campaña bautizada de resucitación: “Se trata de resucitar toda esta música y de resucitarla con partituras, porque si no hay partituras editadas, y de buena calidad, no se puede hacer nada, no puede haber grabaciones, no puede haber investigación, ya hay grandes esfuerzos y queremos añadir a ello como iniciativa privada”. Hasta el momento ya se ha editado un primer libro de partituras que está disponible en todo el mundo.
La pianista Claudia Corona, quien también participa en los conciertos, se ha encargado de revisar los manuscritos: “Mi trabajo consiste en la revisión de las partituras, con los manuscritos o con versiones grabadas anteriores, tratamos de corregir muchos errores que encontramos, digitaciones; la versión de la “Balada mexicana” en especial, es una versión en la que fusioné las diferentes versiones que hay de la pieza, hasta ahorita sólo se conoce la versión para piano solo, pero existe una versión para dos pianos y una para piano y orquesta”.
Ponce, señaló el pianista Héctor Rojas, “es una fuente inagotable de melodías, de conocimientos que aprende uno con él, no acaba uno de apreciarlo, a 26 años de que presente la obra completa todavía sigo encontrando bellezas inefables”. Recordó que llegó al compositor en 1961, cuando estudiaba y conoció al maestro Carlos Vázquez Sánchez.
“Él fue el heredero universal y custodio, y principal difusor y defensor de la obra de Ponce, al entrar en contacto con él tuve acceso a conocer esta gran producción que con los años, poco a poco, fui valorando y apreciando, y disfrutando”. En 1998, Carlos Vázquez donó todo el acervo musical de Ponce a la Facultad de Música de la UNAM, quien la ha resguardado y custodiado.
Mucha obra de Ponce, sin embargo, sigue dispersa: “otras piezas se han encontrado en otros archivos, el maestro Miranda encontró algo en el archivo de Carlos Chávez en Nueva York, en el Cenidim se encontró el manuscrito de la Balada mexicana para piano; el maestro Raúl Herrera resctaó obras de Ponce que estaban en poder de Irma González, aquí y allá se han encontrado, quizás en Cuba debe haber porque cuando estuvo, en 1915, 17, se sabe que hizo una ópera, al alimón con Eduardo Sánchez de Fuentes”.
- Los conciertos de Ponce 243 inician el 16 de agosto en el Cenart
- La exposición Cartas de juventud abre el 15 de agosto y permanece hasta el 22 de septiembre.
- Otros pianistas que participan son Tali Morgulis, Zhu Zhu y María Hanneman Vera.
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