LIBERTAD ANTE TODO

Escribir es de lo poco que me interesa: Guillermo Fadanelli

El escritor mexicano publica Desorden. Crítica de la dispersión pura, en el que intenta salirse de todos los convencionalismos literarios

EDICIÓN IMPRESA

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Guillermo Fadanelli Créditos: Antonio Nava

Toda la vida, Guillermo Fadanelli (CDMX, 1960) ha detestado hacer la cama. Leyendo, tendido en el cuarto que compartía con su hermano en la adolescencia, el escritor recuerda ese momento en el que entraba su madre y gritaba: “¡Eres un desordenado, no se puede vivir como tú vives!”.

El caos de la habitación, sin embargo, poco tenía que ver con lo que sucedía en su cabeza: “Yo estaba tratando de construir órdenes en mi mente”, dice.

Lo establecido nunca fue una prioridad para Fadanelli: en la primaria “comencé a advertir que la escuela era la penitenciaría del amansamiento”; más tarde, inició estudios de Ingeniería por persuasión de su padre, pero acabó fundando un periódico anarquista y con otros compañeros creó un movimiento anarcosurrealista; después “fui a viajar sin dinero por Europa, durmiendo en parques, robando comida; era joven, quería vivir, quería conocer, pero no se vive de manera ordenada”.

Cada acto de rebeldía, afirma, “me daba un poco de vida”. La última gran bocanada ha llegado con su nuevo título: “Desorden. Crítica de la dispersión pura” (Random House Mondadori, 2024) que el escritor califica como un libro “transgénero”, precisamente por su capacidad para salirse de lo establecido y no ceñirse a ninguna clasificación literaria convencional. La idea, explica, ha sido “buscar la flexibilidad en la reflexión y está no está en contra, pero se opone, por supuesto, a cualquier actitud dogmática o tiránica”.

Lo de Fadanelli no es cuento, no es crónica, no es biografía o aforismo, tampoco filosofía, si acaso, piensa, embona en la novela porque es capaz de abarcar todo. También el orden de lectura puede trastocarse y el lector elige por qué capítulo empezar; abundan las citas a otros autores, pero no están al pie de página; la lectura fluye como el pensamiento como si de escritura automática se tratara: el autor ha tardado cinco años en escribirlo, pero eso sí, “una vez que la frase está en la página, no vuelve a ser borrada”.

El método, “antimétodo” dice él, es la dispersión y ha pensado en Immanuel Kant a 300 años de su natalicio para subtitular la novela. Desorden y dispersión, señala, “de alguna manera nos hacen mucho más flexibles a la hora de juzgar el mundo y, dentro de ese desorden, se puede construir un orden propio o una idea propia del mundo y ello lleva más a refrendar la idea de individuo, de ser libre, de la capacidad de pensar por uno mismo”.

En el camino, Fadanelli va construyendo “hilos de sentido, hilos comprensivos” para reflexionar sobre los fenómenos que afectan a la sociedad moderna y, sobre todo, se le revelan algunas verdades personales: “Que no puedes dominar el lenguaje; que no hay amores eternos; que ideas como lo bueno, lo malo, lo amoroso son más bien construcciones conceptuales; que incluso las amistades son breves y perecederas; que nunca conoces a nadie a profundidad…”.

En todo caso, para el autor de “Hotel DF”, la escritura es una vía para la libertad: “Pese a no dominar el lenguaje, o justamente por eso, me siento en mayor libertad de no perseguir los cánones, de no imitar a ningún escritor. La escritura es un medio de autoconocimiento y, por lo tanto, de supervivencia; además, cuando escribo, cuando leo, entro a otro mundo, que es este mundo, pero diferente, más amplio: un bosque a veces oscuro, a veces luminoso. Me gusta escribir, es ya de lo poco que me interesa hoy en día”.

En ese camino está la vida de Fadanelli: en los próximos días aparecerá su séptimo libro en francés, los aforismos reunidos con el título “Dios siempre se equivoca. ésa es su única virtud”; también está apareciendo en italiano “Hotel DF” y ya tiene terminada la segunda parte de “Lodo” y un libro de nueve relatos, “un poco en homenaje a Salinger, que se va llamar “R” y que detesta la puntuación”.


ELEMENTOS

  • Guillermo Fadanelli pasó su niñez en la colonia Portales de la Ciudad de México
  • En 2002 publicó “Lodo”, novela de la que está por publicar la segunda parte
  • También ha publicado libros de relatos, ensayos y aforismos.

Por Luis Carlos Sánchez

EEZ