ARTES

Mauricio Silva Orendain: Revitaliza el órgano

El músico mexicano Mauricio Silva Orendain ganó el concurso para estrenar el nuevo órgano de la Academia Sibelius, de Helsinki; ya trabaja en darle una investigación que da nueva vida al instrumento de más de dos mil años de antigüedad

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Especial

Cuando el músico mexicano Mauricio Silva Orendain componía “Un árbol de aire” (Ilmasta puu, en finlandés) pensó en una semilla que, poco a poco, se iba expandiendo con sonido. Un tenue silbido, casi como un murmullo, “empieza a desarrollarse en otras ramas hasta que crece a algo con una amplitud más grande; quise explorar lo más sublime del órgano: ir de volúmenes muy bajos hasta hacerlo casi explotar”, cuenta.

El organista estaba lejos de pensar que con esa pieza ganaría el Kaija Sariaho Composition Price, al que había convocado la Academia Sibelius, en Helsinki, precisamente para estrenar el nuevo órgano que había financiado Sariaho, antes de partir en junio de 2023. Silva Orendain recibió el galardón el año pasado y el 11 de septiembre próximo tendrá oportunidad de estrenar su pieza, ejecutándola con el organista austriaco Franz Danksagmüller.

El músico de 32 años estaba destinado al instrumento de “más de dos mil años de antigüedad”, que en las últimas dos décadas ha recobrado notoriedad. Silva se había preparado como pianista de jazz en Barcelona, después fue a Basilea (donde radica) para estudiar composición y ahí, su profesor Caspar Johannes Walter, lo acercó a un órgano que sería inaugurado, en 2021, en Kassel, Alemania, y todo cambió: “Me enamoré del instrumento, honestamente no vi el impacto que iba a tener en mi carrera”.

El órgano de Kassel no era de tipo convencional, es de fabricación austriaca y, “desde que lo vi sentí algo muy especial porque visualmente también es muy distinto: es pequeño, las pipas no son verticales, son horizontales, es muy moderno”. De su sonido le impresionó la flexibilidad, “fue casi como estar tocando un sintetizador”, recuerda. La relación con el instrumento se volvió estrechisima y Silva se ha adentrado a un mundo que le ofrece posibilidades sonoras infinitas.

Partiendo de la improvisación, tan arraigada en el jazz, el músico explora los cambios de presión de aire que le permite el instrumento moderno e intenta adaptar esa flexibilidad a los órganos tradicionales para acercarse a un sonido más contemporáneo. Su labor, incluso, va más allá: “Estoy en constante comunicación con la fábrica de órganos en Austria (Riga) y parte de mi investigación tiene como dirección empezar a construir pipas experimentales; el sueño que tengo es en los próximos años construir mi propio instrumento de pipas, mi propio órgano”.

Antes, el organista trabajara de lleno, en septiembre próximo, en su primer álbum, que titulará “Barro negro”, grabado exclusivamente con el órgano experimental de Kassel. “Para mí fue muy importante generar una conexión con México, con mi cultura; el barro negro siempre me gustó y encuetro paralelismos con el órgano porque se puede manipular mecánicamente, con el tiempo empecé a sentir que estaba manipulando el sonido de una manera artesanal con los cambios de presión de aire, pero de una manera muy conectada a mis manos; además, mi proyecto tiene como título la plasticidad de la pipa, como también la tiene el barro”, explica.

  • -Al concurso llegaron 98 composiciones de todo el mundo y se seleccionaron 11 como ganadoras.
  • -Mauricio Silva ganó en la categoría de composición solista, junto con otras piezas de Polonia, Francia, Suecia, Inglaterra y China.
  • -El órgano de la Academia Sibelius será el más grande de Finlandia y uno de los más grandes de Europa.  

PAL