A Yanieb Fabre (Ciudad de México, 1983) siempre le interesó el paisaje, entre los dibujos que venía haciendo y los paseos al aire libre un día quiso pintar el sol y la luz que irradia. Después pensó que más que representar la naturaleza lo que quería “era dibujar con la naturaleza”.
“Empecé a hacer dibujos y los dejaba en el sol, los dejaba en el mar, encontraba un carbón en la playa o en el campo y con él empezaba a tallarlos, o con piedras del mar que encontraba en el jardín; era un trabajo más experimental y no tanto en la representación, sino en la exploración del dibujo”, explica al teléfono desde Polonia.
En el Jardín Escultórico Juan Soriano, de la ciudad de Owczarnia, muy cerca de Varsovia, Fabre inauguró “Paisajes”, serie que incluye dos carnets de dibujo y una docena de pinturas de mediano y gran formato, en las que la artista se aleja del estilo figurativo y presenta el resultado de su “colaboración” con la naturaleza: “Un día llegó una lluvia fuertísima y todas las cosas que había dejado en el taller se mojaron, me di cuenta que la intervención que había hecho la lluvia sobre el material era emotiva y casi perfecta e imperfecta a la vez”.
Fabre trabaja sobre papel espeso de 300 gramos, comienza distribuyendo su paleta en dos o tres colores (utiliza incluso crayolas) hasta crear “una plasta gigante” de tonalidades que forman capas con las que empieza a trabajar: la intervención de la naturaleza o de materiales encontrados en ella van revelando sus paisajes. La fragilidad de su soporte se convierte en un elemento más: “Hay momentos donde se rompe el papel y está esa responsabilidad de decir, ‘bueno, se rompió’, pero es como esa fragilidad que uno tiene corporalmente y de asumir esa ruptura como parte del dibujo”.
Desde hace cuatro años, la artista vive entre París y Córcega, su estancia ha sido oportunidad para la calma y para alejarse estilísticamente de los “códices salvajes” que dibujó antes. Ahora, piensa, necesita confiar más en su trazo y enfrentarse de lleno con el lienzo y la pintura: “Necesito pintar, ya no tanto dibujar, sino experimentar con la pintura en tela, no sobre papel, enfrentarme a eso y en formato más grande”. También quiere regresar a la fotografía y al Super 8: “Me gusta pensar que mi trabajo tiene que ver con lo de antes”.
Curada por Isabel Alvarenga, “Paisajes” fue posible gracias a la Embajada de México en Polonia y ha sido también un motivo para recordar a Marek Keller, creador del Jardín Escultórico Juan Soriano. Exponer ahí, explica, fue un descubrimiento: “Hice ciertos dibujos justo para esta exposición y cuando vi el lugar estaba impresionada porque el paisaje de afuera era parte del paisaje de adentro; sentía que el dibujo tenía más fuerza al verlo en un lugar así, que cobraba sentido”.
- La exposición de Fabre fue posible gracias a la Embajada de México en Polonia y la Fundación Marek Keller Jardín Escultórico de Juan Soriano
- "Paisajes" permanecerá exhibida durante tres meses y está integrada por una docena de obras de mediano y gran formato
- En la inauguración de la exposición se llevó a cabo un homenaje a Marek Keller, patrono y promotor del arte y de la cultura mexicana.
PAL