CÚPULA

Traductora de lo cotidiano

Amaranta Caballero combina la sonoridad, con la poesía y el dibujo para abordar la gran complejidad de la condición humana

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: FOTO: CARMEN CABALLERO PRADO

Para Amaranta Caballero (Guanajuato, 1963), el lenguaje poético es un vehículo que le permite manifestar aquello que siente cuando contempla el cielo, los árboles, cuando atraviesa por situaciones felices o tristes y piensa en ello mientras va abordo del transporte público, o cuando camina por las aceras y observa estampas de la cotidianidad que  pueden conmoverla hasta el llanto o producirle una alegría inmensa que no puede expresar, pero sí puede desahogar a través de las palabras.

En entrevista, la autora que forma parte de la antología Nuevas Poetas Mexicanas (Editorial Orfila, 2019) que reúne el trabajo de 15 autoras, compilado por Julio Ortega y Alejandra Mena,  explicó que su poesía está definida por tres intereses particulares: la sonoridad de las palabras, la condición humana y el tiempo.

“Soy poeta y me interesa mucho el sonido y su eco, la forma en que las palabras son capaces de repercutir en la lectura y el pensamiento individual; soy ciudadana, me interesa lo que veo, vivo y observo, hago míos los temas con los que me encuentro en lo cotidiano y que de alguna manera me impactan porque tienen que ver con la condición humana; el tiempo, para mí, es un acontecimiento que me tiene en una maroma continua de  temporalidad, a veces puede ser un pestañeo y en otras ocasiones sentirse como una eternidad”, contó. 

Para la autora de Amarantismos (2014), la antología publicada por Editorial Orfila es un libro afortunado que retrata los intereses y la diversidad de miradas y lenguas en las que escriben las mexicanas de una generación (1972-1988), pues reúne poesía que traspasa las fronteras, que igual está  inspirada en géneros japoneses o en las luchas de los pueblos indígenas.

“Las poetas mexicanas siempre hemos escrito sobre todo, pero cada una lo asume de manera muy particular, puede ser por la época en la que le tocó vivir o el lugar donde habita y la generación a la que pertenece, por eso, de alguna manera, la poesía que se escribe actualmente se está saludando constantemente entre ella en foros, antologías y charlas”, expresó Caballero, y añadió que entre la diversidad de temas que abordan sus colegas están la ciencia, la vida, la muerte, el amor, el desamor, la casa, la oficina, la violencia, las identidades, entre otras.

Para la también dibujante, los poetas son traductores de lo cotidiano, “de un lenguaje que se encuentra en todo pero que es percibido por unos cuantos. La poesía es como el oxígeno ”.

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PALABRA: (CUERPO)

FRAGMENTO

Decir el cuerpo. Antes que pensar: sentir: confirmar.

Una falta.

Una fisura.

Eso que se arriesga. Eso que abarca.

De la punta de un dedo.

Del talón.

Del filo de la uña.

La piel.

Lo que sobrevuela: ácara feromona.

Decir el cuerpo. Sudar el cuerpo. Humor.

Expandir. Soltar.

A veces olvidar el cuerpo.

No ser. No estar.

Dejarse ir.

Con el cuerpo. Sobre el cuerpo. Bajo el cuerpo. Sin el cuerpo.

Ejercicio mental.

Espasmo. Marasmo.

Viento que aprisiona: Oquedad: palabra.

Decir el cuerpo: Tocar.

Yema del índice sobre el filo del labio.

Vello erguido. Longitudinal.

Lengua molusca que arroba.

Salivar saliva: Salva.

(Silbo)

Perforar el cuerpo. Violentar.

Violetas tornasoladas de un manchón tipográfico: rococó.

(Lirio)

Hematoma lirio: Bilis: Jugos míos de mi cuerpo vario:

El cuerpo de órgano interno.

El cuerpo hueso.

El cuerpo vítreo.

El cuerpo alterado. Transformado. Trastocado.

Cuerpo vicio, nunca etéreo: terrenal.

Decir el cuerpo: Tu cuerpo: el mío: Exhalo.

Por Azaneth Cruz

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