MENTE MUJER

Danza en resistencia

La coreógrafa y bailarina Jessica Sandoval, directora de Un teatro, reconoce que las mujeres han sido el cimiento de la danza mexicana, sin embargo, se les ha dado poco reconocimiento

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Cortesía David Flores Rubio

Las mujeres, sin lugar a duda, han producido, creado, promocionado, impulsado, administrado y defendido la danza contemporánea en México, dice la bailarina y coreógrafa Jessica Sandoval. Esta disciplina artística de alto rendimiento es, por ello, un movimiento definido por ellas. A pesar de esta realidad contundente, como en prácticamente todas las áreas de la vida, la figura masculina, durante muchos años, les ha restado la importancia que tienen en la historia del arte.

 “A lo largo de muchos años, aunque la danza es un movimiento de mujeres, han sido los hombres los que han tomado la cabeza, y que no se mal entienda, en la danza ha habido y hay muchos hombres muy valiosos, pero las mujeres deberían tener mayor o igual reconocimiento porque somos las que hemos estado presentes, somos las que hemos llevado la batuta”, sentencia Sandoval.

Ejemplos de ello, añade, hay muchos. Ahí está la coreógrafa considerada la madre de la danza moderna mexicana, Guillermina Bravo, la gran pionera; pero también están mujeres como Nellie Happee, Gloria y Nellie Campobello, Gladiola Orozco, Anna Sokolow, entre muchas otras.

“La danza está repleta de grandes mujeres de entonces y ahora, Alicia Sánchez, Cecilia Lugo, Laura Rocha, Tania Pérez Salas, Lydia Romero, Cecilia Appleton, y muchas más, son ellas las que lideran, las que mueven, las que crean, pero son los bailarines y coreógrafos los que han ocupado los espacios. Por suerte, es hasta ahora, y eso sí lo ha promovido este sexenio, que las mujeres poco a poco empiezan a ocupar los cargos en los sitios institucionales y en otras áreas”, apunta.

El Centro de Producción de Danza Contemporánea (Ceprodac) es muestra de este cambio, pues había sido dirigido por hombres hasta ahora, cuando Cecilia Lugo tomó la cabeza. El caso se replica en la Compañía Nacional de Teatro que tras 50 años de vida tiene hasta ahora a una mujer como su directora: Aurora Cano. Y en la Compañía Nacional de Ópera, también: María Katzarava es ahora su titular.
Pero aún en estos cargos de liderazgo, los desafíos y complejidades no son menores: “Yo tengo Un teatro y una compañía, y no es fácil hacer negociaciones cuando hay sólo hombres. Yo le pregunté a Gladiola Orozco cómo le hizo en este mundo de hombres.  Las cosas sí han cambiado y espero que sigan cambiando, pero hay realidades que permanecen como que, si estoy en una mesa de trabajo con mujeres, hablamos sólo de trabajo; pero me ha pasado que cuando estoy con hombres uno me ha invitado a cenar. Alguna vez le escuché decir a uno que a nosotras nos daban cargos y nosotras mismas nos encargábamos de que no nos volvieran a contratar. Es fuertísimo que este pensamiento siga”.

(Créditos: Especial)

Y añade: “Recuerdo también cuando un amigo político se enteró que había terminado mi relación de pareja y preguntó cómo le iba a hacer, que quién me pagaría la permanencia de mi teatro, es decir, nos siguen pensando como personas débiles, frágiles, sin la misma capacidad para hacer lo mismo o mejor”.

Pero la evolución de la sociedad y el pisado fuerte de las mujeres es también una realidad, realidad que, advierte Sandoval, nos obliga a reconocer a las mujeres del pasado, a las generaciones que lograron el voto para el resto de nosotras, que empezaron la lucha por los derechos de las mujeres. “Son generaciones las que batallaron y somos nosotras las que estamos viendo los resultados. Hoy muchas mujeres ya no piensan en el matrimonio como la única opción y se los debemos a ellas, nos falta mucho más”, ataja.

Por ello, este 29 de abril es tiempo de celebrar a todas las mujeres “que hacen la danza y se mantienen firmes, que son su sostén y son semillas de creatividad y son la resistencia”.

PAL