TERREMOTO

Prevención, clave en Taiwán

Las nuevas normas obligan a añadir entre los cimientos y la estructura del edificio unos aisladores de neopreno, entre otros

EDICIÓN IMPRESA

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El terremoto de Taiwán, del pasado 4 de abril, se registró como uno de los más potentes que ha sufrido esa isla en 25 años, con una intensidad de 7.4 grados, aunque unos 100 edificios resultaron dañados la mayoría no colapsó y el número de víctimas mortales fue 16 personas.

En 1999, tras un sismo devastador de intensidad de 7.3 –que dejó unos 2 mil 400 muertos–, las autoridades iniciaron una nueva política en la rama de la construcción que obliga a reforzar las construcciones viejas, utilizar materiales especiales antisismos en las nuevas y a realizar revisiones periódicas para evitar el colapso de edificios.

Taiwán está ubicada en el Anillo de Fuego del Pacífico, considerada como la zona con mayor actividad sísmica del mundo, la isla sufre cientos de sismos de diversa magnitud todos los años, debido a la fricción de las placas tectónicas filipina y euroasiática.

Desde 2019, el gobierno revisa 36 mil edificios en todo el país que se construyeron antes de 1999 y les han  dado presupuesto para mejorarlos.

Las nuevas normas obligan a añadir entre los cimientos y la estructura del edificio unos aisladores de neopreno que ayudan a que éste se desplace levemente con el movimiento evitando el efecto colapso entre estructura y suelo.

Lu Chin-wen, un arquitecto que ayudó en la reconstrucción después de  1999,  le dijo a The Washington Post que las estructuras construidas después de las nuevas regulaciones eran más fuertes y eso ayudó a prevenir grandes pérdidas humanas.

"Si los edificios resultan dañados, pero no destruidos, las víctimas serán relativamente menos", afirmó Chin-wen.

Por si fuera poco, los rascacielos en la capital como el Taipei 101  cuentan con un sistema antisísmico de control pasivo, llamado Tuned Mass Damper o Amortiguador de Masa Sintonizado. 

Por Israel López Gutiérrez.

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