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La construcción de la memoria: Revista casa del tiempo

Estandarte de la Difusión Cultural en la UAM, la publicación ha cambiado y se ha reinventado ante los acontecimientos del devenir intelectual

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Fotos: Especial

Merced a los oficios del poeta y traductor Carlos Montemayor, el primer número de la revista Casa del tiempo, de la Universidad Autónoma Metropolitana, vio la luz en septiembre de 1980 para enquistarse en una tradición de publicaciones periódicas que forjaron la noción de una patria diamantina.

En su primera edición, la revista consignaba al propio autor de Guerra en el paraíso como su director y a Manuel Núñez Nava —imprescindible traductor de Bram Stoker, T. S. Elliot y Tennessee Williams y fundador, también, del Material de lectura de la UNAM— como jefe de redacción. 

En esta primera época, que se extendería hasta principios de la década de los 90, Casa del tiempo incluyó colaboraciones de autores como Margo Glantz, Guillermo Fernández, Francisco Cervantes, Gustavo Sainz, Marco Antonio Campos, Cristina Peri Rossi, José Luis Cuevas y Mariano Flores Castro, entre otros, así como innumerables traducciones que daban cuenta de la universal visión —a la manera de Alfonso Reyes— de Montemayor y de Núñez Nava.

Créditos: (Cortesía UAM)

El revisar los índices de aquellos primeros números de la revista es atisbar lo que devendría como canon de la literatura finisecular; baste mencionar que, junto al inicio de la segunda época, en octubre de 1991, la revista comenzó a incluir, encartado en sus antros, un libro de la colección “Margen de poesía”, que editaría, hasta noviembre de 1998, 75 volúmenes. Entre los autores publicados figuran Guillermo Fernández, Francisco Cervantes, Elsa Cross y Jorge Esquinca.

Con una certera curaduría de autores consagrados y noveles, Casa del tiempo consiguió un lugar dentro de un panorama en el que revistas, suplementos culturales y gacetillas literarias eran parte de una realidad que, en estos tiempos modernos, desafortunadamente, se ha trastocado en una estéril hiperconectividad. 

En sus 43 de vida y seis épocas a cuestas, las páginas de Casa del tiempo han albergado géneros como ilustración, fotografía, ensayo, crónica, reseña, cuento y teatro de creadores y especialistas de edades, perfiles y afinidades estéticas de diversa índole que han fungido como un reflejo del panorama artístico y cultural que se ha desarrollado en nuestro país en las últimas décadas.

Es necesario resaltar que las artes plásticas han sido una constante en cada una de sus épocas; la impronta de los artistas que han ataviado las páginas de la revista es inabarcable, pero indeleble.

Así, heredera de la Revista Azul, Revista Moderna, Irradiador o El hijo pródigo, por mencionar algunas de las publicaciones periódicas más icónicas de nuestra literatura, o incluso de lances editoriales tan peculiares como el Boletín mensual Carta Blanca, Casa del tiempo ha buscado ser siempre el lugar en donde se dé, como lo dicta la carta de presentación del primer número, y de la mano de Hölderlin, “la reconciliación y la fusión de la ciencia con la vida, del arte y el gusto con el genio, del corazón con el entendimiento, de lo real con lo ideal, de la cultura (en el más amplio sentido de la palabra) con la naturaleza”. 

A lo largo de sus seis épocas, en sus más de 400 números editados, Casa del tiempo ha querido ser no sólo el órgano de difusión de la Universidad, sino también un referente en la vida pública y cultural de la sociedad, con miras hacia las diversas latitudes que conforman nuestro horizonte.

Créditos: (Cortesía UAM)

Por su redacción han desfilado reconocidos autores que han reconfigurado y nutrido su quehacer como Evodio Escalante, Mónica Lavín, Mariana Bernárdez, José María Espinasa, Cristopher Domínguez Michael, Vicente Quirarte y Bernardo Ruiz, cuya presencia abarca, de distintos modos, casi toda su historia.

Su época más reciente, la sexta, comenzó en febrero del 2022 con un rediseño en el formato de la revista, se replantearon sus secciones y se expandió su línea editorial con una convocatoria bimestral para todo público para dar cobijo, de manera más contundente, a un mayor número de visiones y puntos de vista, y así ofrecer un amplio espacio de discusión de las manifestaciones culturales, políticas y sociales del acontecer actual.

En los 14 números que se han editado hasta ahora, se han publicado cerca de 300 colaboraciones de 200 autores diferentes —desde estudiantes de la Universidad hasta creadores de trayectoria académica y artística reconocida en México y en el ámbito cultural internacional—, con lo que se constata la apertura y el compromiso de la revista la promoción y difusión de la cultura.

La apuesta de la época más reciente de Casa del tiempo es mantener la congruencia editorial y artística forjada en cuatro décadas y serle fieles al lema de la Universidad: In Calli Ixcahuicopa, una “casa abierta al tiempo”.

Es de este modo que, como una manera de apelar a la propia memoria de la Universidad y al mismo tiempo expandir los alcances espaciales de la versión impresa y ofrecer una materialidad que despierte un nuevo interés en ella como un objeto de colección ya casi único en su tipo, desde el número 8, Casa del tiempo se viste con una camisa que, a su vez, se despliega en un Cartel literario que tiene como antecedente el Cartel de poesía, cuyo origen data, junto a la emblemática colección Molinos de viento, de los primeros años de vida de la Universidad Autónoma Metropolitana.

Créditos: (Cortesía UAM)

En las siete ediciones, hasta ahora, del Cartel literario, se encuentran autores como Luisa Valenzuela, Eduardo Casar, Araceli Mancilla Zayas, Aurelia Cortés Peyron y Angelina Muñiz-Huberman. 

En los primeros 50 años de vida de la Universidad Autónoma Metropolitana, Casa del tiempo ha sido una parte fundamental en el cumplimiento de su tercera función sustantiva: la difusión y preservación de la cultura; sus cuatro décadas han sido testigo de numerosos hitos en la historia mexicana y cómplices en la construcción de nuestra memoria histórica y artística; regresar a sus páginas es también volver la vista sobre nuestro propio devenir como lectores y sabernos cimentados en sus letras. 

Casa del tiempo es un estandarte de la Difusión Cultural de la UAM, así como de su producción editorial, que ha sabido cambiar y reinventarse ante los distintos acontecimientos del devenir cultural y artístico de nuestro país para que sus lectores puedan reconocerse en alguna de sus páginas.

Por Jesús Francisco Conde de Arriaga.

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