CÚPULA

Betsabeé Romero deja huella en Nueva York

La artista instaló cinco esculturas en Park Avenue, en el corazón de Manhattan, con apoyo de Heraldo Media Group y Heraldo USA

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Fotos: Nina Romero

Más de una década después, Betsabeé Romero (CDMX, 1963) está de regreso en Nueva York. Desde 2011, cuando expuso en el Museo Neuberger, no había vuelto. Ahora, la artista mexicana llega con uno de sus trabajos más icónicos y en una de las avenidas más emblemáticas. 

Romero inauguró Huellas para recordar (Traces in Order to Remember), un conjunto de cinco esculturas de gran formato, elaboradas con neumáticos usados, que han sido instaladas en un tramo de Park Avenue, entre las calles 81 y 83, en las inmediaciones del MET de Nueva York, con apoyo de Fundación Grupo Andrade y Heraldo USA. 

Créditos: (Nina Romero)

Para María Cristina Mieres Zimmermann, presidenta y directora de Fundación Grupo Andrade, Huellas para recordar “nos invita a reflexionar sobre temas de profunda relevancia como la migración y el cambio climático. Destaca cómo el arte puede impulsar el cambio positivo, fomentando la comprensión y empatía hacia estas realidades complejas”.

A través de sus esculturas, consideró, “Betsabeé Romero no solo celebra la riqueza cultural de México, sino que también nos recuerda la responsabilidad colectiva de abordar y dialogar sobre los desafíos globales. Cada pieza de esta colección es un testimonio de la capacidad del arte para conectar personas por encima de las diferencias culturales”.

Créditos: (Nina Romero)

La exposición de Romero fue inaugurada en Nueva York el 22 de marzo pasado, en un acto en el que participaron la curadora Julia P. Herzberg, quien invitó a Romero a exponer, y Jorge Islas López, Cónsul General de México en Nueva York.  Ahí, la artista recordó que conoció a Herzberg en 2007, cuando exponía Lágrimas negras en el Museo Amparo, muestra que después fue a San Ildefonso, el Marco de Monterrey y finalmente el Neuberger. 

Nueva York, rememoró Betsabeé Romero en la inauguración, “es un lugar donde chocan muchas historias, personas e instituciones, y donde eso ha estado pasando durante mucho tiempo. Cuando pienso en movilidad y migración, la ciudad en sí es una gran referencia. Aquí, las calles, las fumarolas, las sirenas, las grúas y sus ruidos, el viento, todo me resulta familiar y mientras instalaba estas piezas, en la madrugada de hace unos días, recordaba un día en el que transportaba un depósito de chatarra”. 

Créditos: (Nina Romero)

Aquel material fue utilizado por la artista para montar una pieza que consistía en un automóvil devorado por el suelo “como el elefante del Principito fue tragado por la serpiente”. Romero habló de las reacciones de la gente y su sorpresa, de la importancia que para su labor creativa ha tenido el espacio público, desde su participación en Inside 97, la bienal binacional realizada entre Tijuana y San Diego. 

“A partir de ese momento entendí el poder y la importancia de tener público en la calle: la importancia de devolver el conocimiento a su punto de partida, de reciclar y resignificar los objetos que todos entendemos en la vida cotidiana. Entendí la relevancia de trabajar con los significados de los objetos", dijo. 

Créditos: (Nina Romero)

La invitación para instalar sus piezas llegó a través de la comisión de parques y jardines de Nueva York. Herzberg se encargó de seleccionar las piezas: incluyó Guerreros en cautiverio de 2007, así como Sellos de luna de 2010 y Del otro lado de la pista de 2017. La intervención se completó con dos esculturas inéditas, elaboradas entre 2022 y 2023, tituladas De caucho y serpientes emplumadas y Guerreros en cautiverio III.

Las piezas de Romero anclan sus significados en distintas direcciones: hablan lo mismo de la reutilización de materiales, las máquinas, la modernidad y la movilidad en la era moderna, las migraciones y los símbolos ancestrales de las culturas mexicanas, pero también remiten a las marcas que quedan después del movimiento y de lo que está por venir, de las huellas que han dejado  en el tiempo las culturas antiguas, y también de los rastros que dejan las personas que emigran, los mexicanos que han llegado a EU.

Créditos: (Nina Romero)

 “Me encanta que esta exposición haga referencia a los sellos cilíndricos que giraron en todas las culturas de la humanidad para imprimir recuerdos. Sellos de cilindro que, como mis neumáticos, me permiten no sólo reciclar la basura en algo nuevo, sino también reciclar algo que gira y se convierte en un objeto que ha dejado de estar hecho para la velocidad, en un objeto destinado a perder velocidad, incluso para cuestionarlo, como rodillos que lentamente se mueven para recuperar la memoria de lo atropellado, de lo borrado o denigrado por los tiempos modernos”, afirmó. 

Y agregó: “Mis neumáticos intentan moverse para dignificar la historia de las culturas que han quedado atrás, y para dar visibilidad a la maravillosa historia de las culturas antiguas que yo y tantos migrantes latinoamericanos llevamos por todo el mundo”.

Por Redacción Cúpula.

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