CÚPULA

Elena Garro, la redención por la escritura

La investigadora y catedrática Patricia Rosas Lopátegui y Editorial Gedisa entregan Elena Garro sin censura. Obra inédita

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Cortesía Gedisa

En la introducción a este libro, Patricia Rosas Lopátegui explica su manera de datar y organizar los materiales originales con los que conformó la edición, y para ello tomó en cuenta aspectos como la caligrafía, si eran mecanoscritos e, incluso, el tipo de papel que la escritora utilizó.

La distribución de los textos obedece sobre todo a dos consideraciones: si las obras están completas o inconclusas y, el género literario al que pertenecen, aunque también tomó en cuenta el lugar y el año en que fueron escritos. La editora presenta además diferentes versiones de los textos de Elena Garro, con las que puede verse cómo va enriqueciendo sus materiales. 

Elena Garro fue una verdadera polígrafa que se movía con gran habilidad en las diversas modalidades literarias. En Elena Garro sin censura encontramos un muestrario de su obra, desde el guionismo cinematográfico, pasando por la epístola, las memorias, los diarios, la investigación y la traducción, así como la narrativa y la dramaturgia. 

Después de los sucesos del 68, Garro tuvo que huir del país cargando con una pesada “leyenda negra” labrada por el gobierno mexicano; en su peregrinar tropezó en diferentes lugares de Estados Unidos, para después asentarse en España (años 70-80), donde vivió la experiencia del exilio y desde donde miraba con recelo a sus perseguidores en México, mientras luchaba por conseguir la nacionalidad española.

Ahí también situó la acción de múltiples narraciones contenidas en este volumen, como los Cuentos de Anapurna. Estos textos se encuentran cerca del realismo a la manera de Dostoievski, además de tener un innegable valor testimonial: relata sus desventuras sin poder conseguir trabajo, comida, ni dinero para pagar la renta e, incluso, deber empeñar su máquina de escribir. Los personajes madrileños de Garro forman un tropel de seres grotescos y caricaturescos que la enfrentan constantemente con la vulgaridad y rudeza de sus modos: nos recuerdan los esperpentos de Valle Inclán, así como la novela del hambre y la picaresca. 

La parte más amplia de las epístolas de Garro que contiene el libro es la dedicada a la correspondencia que sostuvo con la académica chilena Gabriela Mora, quien estuvo muy cerca de ella durante su exilio. Otro aporte importante es el diálogo que se establece a partir de las cartas con el libro Odi et amo de Guillermo Sheridan, respecto a la relación epistolar con Octavio Paz.

Elena Garro sin censura contiene la primera y la última carta, conocidas hasta el momento, que Garro dirigió al escritor.  Así, podemos observar el inicio y el cierre de una relación llena de equívocos. Además, gracias a las epístolas aquí incluidas, podemos rastrear el inicio del trabajo de Patricia Rosas Lopátegui sobre la obra de Garro, que se remonta a más de cuatro décadas atrás, en 1981.

La editora también incluye imágenes de algunos manuscritos y mecanoscritos de las cartas de la escritora, lo que enriquece la lectura.

Elena Garro sufrió la persecución constante desde las esferas del poder cultural y estatal por sus posturas políticas e intelectuales. Esta situación la llevó a atravesar dificultades para publicar y escribir su obra literaria.

Sin embargo, gracias al libro Elena Garro sin censura podemos ver cómo, a pesar de las adversidades, lo único que no le fue arrebatado fue su  literatura y  persistía en su vocación; aunque empeñara su máquina seguía escribiendo a mano hasta diez horas seguidas. La escritura se convirtió para ella en un refugio, una forma de sobrevivir, una redención.

Por Alfredo Cabildo

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