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CANIEM: 60 años. El poder de la representación

La industria editorial en México evoluciona y se reinventa para jugar un papel decisivo en el desarrollo educativo, cultural y económico

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Especial

Comencé a colaborar en un consejo directivo de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM) en 1995, bajo la presidencia del Ing. Julio Sanz Crespo. En aquel entonces sabía poco de la organización que se convertiría en mi destino por los siguientes 30 años. 

En esa época conocí a las grandes figuras de la industria editorial como Francisco Trillas Mercader, Carlos Noriega Milera, Octavio Colmenares Vargas, José Luis Ramírez Cota, Luis Fernández González, Gustavo González Lewis, Jorge Velasco Félix, los hermanos Carlos y Marcial Frigolet Lerma, entre tantas otras personalidades que me dieron la bienvenida de manera cálida y fraterna.

Entonces, no imaginaba que algún día tendría el privilegio de presidir esta gran institución. Utilizo el adjetivo grande con toda intención y todas sus letras. 

En una organización de representación gremial como la CANIEM es común que los afiliados se pregunten qué beneficios obtienen por las cuotas que pagan. El problema es que, a pesar de que claramente somos una organización de servicio, los mayores beneficios para sus miembros son intangibles.

El poder de representación y defensa de los editores mexicanos que puede ejercer la cámara es incuantificable en términos monetarios. Juntos somos más fuertes. 

Foto: Cortesía CANIEM

Cuando comencé mi participación gremial, también sabía que la CANIEM estaba afiliada a la Unión Internacional de Editores, la mayor y más importante federación de asociaciones de editores del mundo. Recordaba también el Congreso Internacional de Editores que se había llevado a cabo en México en 1984. 

En ese histórico congreso, la conferencia inaugural estuvo a cargo de Akio Morita, presidente de Sony.

Durante su intervención, el señor Morita presentó a la audiencia, compuesta por casi mil editores de todo el mundo, un disco compacto y afirmó que ahí se podría contener y consultar la Enciclopedia Británica completa. Los editores presentes escuchaban con una mezcla de sorpresa, incredulidad y cierta preocupación. 

A partir de ahí se desataría una intensa discusión a nivel internacional por el futuro del libro impreso y el de los editores. En la actualidad sabemos ya que todos esos temores resultaron infundados. Que la tecnología no representaba una amenaza sino una oportunidad.  

Hoy en día los editores ponemos la creación intelectual de nuestros maravillosos autores a disposición de los lectores de las más diversas formas con la ayuda de la tecnología.

Seguimos imprimiendo millones de libros, pues este sigue siendo el formato preferido de los lectores. Pero además contamos con libros electrónicos, audiolibros y plataformas educativas digitales para todos los niveles de educación básica y superior. 

Regreso a nuestros orígenes. Antes de la creación de la CANIEM, los editores mexicanos habíamos estado agremiados, desde 1946, en el Instituto Mexicano del Libro y participábamos en una sección de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, CANACINTRA. 

Pero hacía falta algo más. Una institución más fuerte, que representara de mejor manera los intereses de los editores mexicanos. Por ello se le encomendó al Lic. Rafael Servín Arroyo, quien luego sería por muchos años director general y después memoria histórica de la CANIEM, presentar ante la Secretaría de Industria y Comercio la solicitud para crear la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana. 

Durante la Asamblea General Constitutiva se llevó a cabo la elección de las personas que integrarían el primer consejo directivo de la cámara. Todos hombres, ni una sola mujer. No era algo exclusivo de la CANIEM, sino un signo de los tiempos en los que la sociedad no abría espacios a las mujeres para poder desarrollarse profesionalmente. 

De manera afortunada hemos logrado cambiar esta situación a lo largo de los años y hoy en día la CANIEM cuenta con un consejo directivo paritario. Las mujeres brillantes y comprometidas que participan en la actualidad en nuestro consejo llevan a cabo una labor importantísima y aportan una visión para el logro de nuestros objetivos que no lograríamos jamás con un consejo compuesto en forma exclusiva por hombres.

La industria editorial ha evolucionado y se ha reinventado día a día a lo largo de estos 60 años. Incluso en la época de la peor crisis sanitaria que nuestra generación ha debido enfrentar: la pandemia por COVID-19. Durante la época más oscura de nuestra historia reciente, los editores mostramos resiliencia, capacidad de adaptación y solidaridad. 

Foto: Cortesía CANIEM

Las escuelas y nuestros canales de venta permanecieron cerrados durante más tiempo que en cualquier otro país. A pesar de que nuestros ingresos disminuyeron un 24.6 por ciento en 2020, permanecimos de pie y logramos recuperar los niveles de 2019 en 2022.

A 60 años de existencia, hoy enfrentamos importantes retos como, por ejemplo, la erosión del concepto del derecho de autor, fundamento de un ecosistema del libro que fomenta la creación intelectual de miles de autores y cuyas obras son publicadas gracias a la inversión de la industria editorial, que requiere de mayor certidumbre jurídica y fortalecimiento de la cultura de la legalidad. 

Con una visión integradora que nos permita responder a los retos que nuestros afiliados y la industria requieren, en la CANIEM trabajamos en el fortalecimiento del equipo de trabajo con procesos de gestión medibles y auditables, así como impulsamos el trabajo interinstitucional con las distintas cámaras y actores que integran nuestro ecosistema para potenciar los recursos existentes y dar mayor fuerza a las acciones que llevamos a cabo.

El liderazgo de la CANIEM deberá fortalecer a nuestro gremio y su cadena productiva, a través de su misión, visión, valores y un fuerte compromiso ético plasmado en el código vigente, posicionándonos como una cámara referente en el sector.

Los editores mexicanos hemos jugado un papel decisivo en el desarrollo educativo, cultural y económico de México durante los últimos 60 años. Estamos listos para continuar haciendo nuestra labor, con profesionalismo, integridad y pasión, por los siguientes 60 años.

Por Hugo Setzar

Presidente de la CANIEN y expresidente de la Unión Internacional de Editores

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