En México, el consumo sufrió una desaceleración al final del año pasado.
Los ingresos por ventas minoristas, que refleja el comportamiento del consumo de las familias, registró un crecimiento de 3.70 por ciento anual, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Sin embargo, este dato es menor al aumento de 7.19 por ciento reportado al cierre de 2022, de acuerdo con el reporte.
El decremento obedeció a la alta inflación, pues si bien, durante el año continúo su proceso de descenso de 7.91 a 4.26 por ciento, aún se mantiene por arriba del objetivo de inflación de 3 (+/-1) por ciento de Banco de México, explicó Gabriela Siller Pagaza, directora de Análisis Económico de Grupo Financiero Base.
Otros factores fueron la pérdida del poder adquisitivo de las remesas por la apreciación del peso frente al dólar y las altas tasas de interés, derivado de una tasa referencial 11.25 por ciento por parte de Banco de México, lo que ocasionó un aumento en el costo del dinero para familias y empresas.
Siller estimó que para 2024 el comercio al por menor podría seguir desacelerándose, sobre todo porque ha incrementado el índice de morosidad en el crédito al consumo, particularmente en las tarjetas de crédito, al aumentar 56 por ciento en cartera vencida respecto al mismo mes del año pasado, la tasa anual más alta en registro.