Cuando Josh Allen está fino, es un mariscal de élite, en la NFL.
Ayer sumó tres pases de anotación y 203 yardas por la vía aérea (y además consiguió un récord para la franquicia con un acarreo de 52 yardas para otro TD), en la victoria de los Bills de Buffalo –en la ronda de comodines–, por pizarra de 31-17 ante los Steelers de Pittsburgh, en un despejado Highmark Stadium.
La nieve, que obligó al aplazamiento del partido (el domingo), fue removida del terreno por completo, por voluntarios que cobraron 20 dólares la hora. Sin embargo, en las tribunas había montones, que volaron por los aires en cada anotación, y jugadas grandes, de los locales.
Buffalo extendió su tendencia ganadora (seis triunfos en fila) y logró una revancha anhelada. Ahora se enfrenta con los Chiefs (de Pat Mahomes) en la ronda divisional, en uno de los grandes clásicos recientes.
En 2021 y 2022 cayeron ante ellos (ronda divisional), y en el campeonato; no obstante, esta vez son los anfitriones del compromiso. En tanto, los Steelers sumaron su quinta derrota consecutiva en postemporada, pues no ganan desde 2016-2017.
En el cierre de la ronda de comodines, los Buccaneers sorprendieron a los Eagles, aún vigentes campeones en la NFC. Con tres touchdowns, una tercia de goles de campo y un safety, se impusieron con autoridad 32-9, en el Raymond James Stadium.
Philadelphia comenzó la temporada con marca de 10-1. Posteriormente, perdió seis de sus siguientes siete partidos, incluido el de ayer. En la siguiente instancia, los de Florida se miden con los Lions de Detroit.
EEZ