ARTES

El maíz, identidad de una nación, en imágenes

La fotógrafa tlaxcalteca Malena Díaz utiliza en su obra la planta mesoamericana, como una forma de defensa de las variedades nativas

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Cortesía

En el campo, los viejos jornaleros acostumbran a tejer trenzas con mazorcas de maíz que después cuelgan de una viga, ya sea en la cocina o en cualquier espacio aireado, para conservarlas y utilizar las semilla en la siembra del próximo año. Se trata de los mejores granos, que proveerán una cosecha abundante y de gran calidad. En Ixtenco, Tlaxcala, además, las elaboran de diferentes colores: la inmensa variedad de maíces lo permite, pueden ser moradas, azules, amarillas, rosadas, trigueñas, blancas o pintas.

Cuando Malena Díaz (Tlaxcala, 1962) se topó por primera vez con esos entramados quiso tejer uno y colgarlo del pelo de su hija. “Empecé a tejer una trenza larga, como de 60 mazorcas, pero pesaba mucho y tuve que ingeniarmelas para que se pudiera sostener; esa trenza, en realidad, representa los tejidos sociales, el tejido de la comunidad que es tan importante y que se está perdiendo”, cuenta la fotógrafo y artista visual, quien en los últimos años ha reconectado con sus orígenes a través del maíz.

En marzo del año pasado, Díaz inauguró en el Centro de Cultura Alimentaria de Los Pinos la exposición “Guardianes del maíz”, donde montó una serie de imágenes impresas en totomoxtle (hojas de maíz), que rendían homenaje a las familias campesinas de Ixtenco, en las faldas de La Malinche, muy cerca de Huamantla. Ahora, ha concebido “La trenza”, una serie artística que explora temas como la conexión con la tierra, con las raíces y con el legado y variedad de una planta que lucha por conservar su naturaleza nativa.

“Mi búsqueda es más artística, al principio era más documental, pero siempre estoy viendo la posibilidad de hacer cosas con el maíz y transmitir su importancia, hago mucho énfasis porque en todo México la gente está dejando el campo, porque ya no es redituable, porque está dejando de llover, porque los jóvenes se están yendo a trabajar a las fábricas; al presentar el maíz de esta forma también tengo esperanza de que más gente conozca sus variedades y las valore”, dice.

(Créditos: Cortesía)

Después de trabajar en la ciudad y residir diez años en Francia, Malena tuvo que reconectar con su origen: sus abuelos eran de la sierra poblana, en Zacatlán, “yo me acuerdo que mi abuelo tenía yuntas, magueyes”. Sus padres debieron emigrar a Tlaxcala, donde ella nació; a los 16 años supo que quería ser fotógrafa y buscó a Pedro Valtierra, quien se convirtió en su guía. Pero sólo años después, cuando conoció la inmensa variedad de maíces que crecen en Tlaxcala, supo que quería trabajar con esa planta, tanto tiempo subestimada: “Antes, el maíz de color se lo tenía que dar a los puercos y sólo se vendía el amarillo y el blanco, ahora los campesinos lo están vendiendo a algunos restauranteros”.

En la Hacienda Santa Bárbara, en Huamantla, Díaz abrió una galería, donde expone parte de su proyecto; el espacio muestra, además, las variedades de maíces que se producen. La red Turibus ofrece un tour cultural, histórico y gastronómico por Ixtenco y Huamantla que sale dos veces al mes. El trabajo y la labor de Malena Díaz en torno al maíz se puede conocer en la cuenta de Instagram @malena_d_l 

  • Tlaxcala es uno de los principales productores de variedades diferentes de maíz en el país.
  • Actualmente, los granos de colores comienzan a ser apreciados por los restauranteros.
  • Malena Díaz trabaja y convive directamente con los campesinos, con quienes desarrolla diferentes proyectos.

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