BEISBOL

Baldomer Mel Almada, primer mexicano en Grandes Ligas

El manager de los Sox, Marty McManus, le dio el primer turno al bate al tricolor, quien también tuvo su oportunidad como pitcher, en ambos roles mostrando su brazo izquierdo

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Cortesía Salón de la Fama del Beisbol Mexicano

El sonorense fue el primer pelotero tricolor que jugó en la Gran Carpa, entre 1933 y 1939, con cuatro equipos

En tiempos donde los parques de Grandes Ligas ovacionaban a Babe Ruth y Lou Gehrig, un mexicano pisó el diamante de la mejor liga de beisbol del mundo por primera vez. Baldomero Mel Almada, jardinero de los Red Sox de Boston, voló la cerca para hacer historia.

Fue hace 90 años, el 8 de septiembre de 1933, cuando el sonorense vio acción en una doble cartelera, contra los Tigers de Detroit, en Fenway Park. El joven de 20 años, recién llegado a la franquicia tras ser comprado a los Indios de Seattle, en ese entonces de Ligas Menores.

El manager de los Sox, Marty McManus, le dio el primer turno al bate al tricolor, quien también tuvo su oportunidad como pitcher, en ambos roles mostrando su brazo izquierdo. 

(Créditos: Cortesía Salón de la Fama del Beisbol Mexicano)

“Su legado es importante en la historia del beisbol mexicano”, dijo Horacio Ibarra, historiador del Salón de la Fama en Monterrey, a El Heraldo de México. “Según datos del cronista Raúl Mendoza, Mel Almada fue muy bueno para fildear, tenía buen brazo y bateando tuvo actuaciones destacadas”.

Según la Society for American Baseball Research, el mexicano se fue de 4-1 con una base por bolas en su debut, al igual que en el segundo duelo del día, con un sencillo en la octava entrada. Ambos partidos fueron victoria de 4-3 para Tigers.

Al día siguiente, el Boston Globe publicó El trabajo de Almada, un punto brillante en la doble derrota de los Red Sox. “Se mostró maravillosamente bien en su primera aparición como jugador de Grandes Ligas. Logró un hit en cada juego y dos recepciones destacadas en los jardines”, refirió el rotativo.

En su primer campaña, Mel jugó 14 partidos. En el último de ellos, enfrentó a los Yankees de New York, donde figuró la estrella Babe Ruth en el montículo. El sonorense le conectó tres imparables.

Almada también jugó con los Nationals de Washington, los Browns de St. Louis y los Dodgers de Brooklyn. En 1939 cerró su capítulo de siete temporadas en aquel país, para ser jugador y manager en el Unión Laguna de Torreón, con los que bateó .343, en 26 juegos, en 1941. Fueron 646 partidos en la Gran Carpa, a la que llegó como primer mexicano nativo, pues al menos en Boston había dos más, pero nacidos en EU.

A la fecha son más de 140 peloteros tricolores los que han actuado en aquella liga, con Almada como precursor, con marcas registradas como la de sumar nueve carreras en un día y llegar a 29 juegos consecutivos disparando imparables en 1938. 

“Fue una de las 11 figuras inducidas al Salón de la Fama por tener el mérito de ser el primero en Grandes Ligas. Fue elegido en 1971 e ingresó en 1973”, agregó Ibarra sobre el primer mexicano en aquella competencia, quien murió el 13 de agosto de 1988. El primero, como dicen, nunca se olvida. 

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