CÚPULA

“Una historia que quisiera olvidar”: Evgeniy Maloletka

El fotorreportero de la agencia internacional Associated Press, ganador del World Press Photo 2023, estuvo en México hace unas semanas; en entrevista con CÚPULA habla sobre la dureza de trabajar en una zona de guerra y sobre la documentación del dolor.

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: World press photo

Evgeniy Konstantinov Maloletka es fotorreportero de la agencia internacional Associated Press y es ganador del World Press Photo 2023 por la imagen que muestra a una mujer embarazada rescatada de un hospital de Mariúpol, bombardeado por Rusia en marzo de 2022, un mes después del inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

Antes de su siguiente asignación, que lo llevará a algún lugar del mundo, estuvo en México, país que reconoce por la riqueza de su cultura y se dice impresionado por los edificios de la capital del país, lugar que recorrió a pie y conoció algunos de sus museos, entre ellos el Franz Mayer en donde habló de su labor como corresponsal de guerra y en donde se exhibe la imagen “Ataque aéreo al hospital de Mariúpol”.

Conversa con Cúpula sobre su trabajo en zonas de conflicto, de historias que quisiera olvidar, de imágenes que son muestra de la violencia y de la brutalidad y que se convierten en testimonios para documentar crímenes de guerra.

HEMOS OÍDO MUCHAS HISTORIAS DE ESTA GUERRA, PERO ¿QUÉ REPRESENTA PARA TI  CUBRIRLA COMO CORRESPONSAL?

Siendo fotoperiodista ucraniano en zona de conflicto fue mucho más personal. Y es la posibilidad de documentar los crímenes de guerra; hacer estos registros es de suma importancia.

¿CÓMO FUE LA EXPERIENCIA, EN MEDIO DE LAS EXPLOSIONES, AL TOMAR LA FOTOGRAFÍA QUE FUE GALARDONADA CON EL PREMIO WORLD PRESS PHOTO?

Junto con mi equipo estaba en Mariúpol, se escuchaban grandes explosiones, en ocasiones intentábamos trasladarnos de un sitio a otro, pero no podíamos movernos, se escuchaban tiroteos y las explosiones eran constantes. Por supuesto que había miedo, teníamos que quedarnos tirados en el suelo para esperar que pasaran los tiroteos y las explosiones. El dicho era que, si tú escuchabas el ruido de las aeronaves y los disparos, lo más probable es que no te tocarían porque, de lo contrario, ni siquiera lo harías.

La fotografía de Irina que es llevada en una camilla después del bombardeo al hospital no es la única imagen de ese momento. Hay de otros compañeros periodistas, tanto extranjeros como locales, que estuvieron ahí, arriesgando la vida, otros la perdieron y, bueno, pues de ahí se enviaron las fotografías para el World Press Photo. Los que quedan seleccionados y se exhiben en el Museo Franz Mayer son solamente un botón de muestra de todo el sufrimiento, de todos los crímenes de guerra que ahí ocurrieron.

Para tomar esta foto la suerte estuvo de nuestro lado al poder salir con vida, pero no creo que hiciéramos mucho, a veces me cuestiono por qué no permanecí más tiempo para seguir documentando la escalada del conflicto bélico que aún continúa.

HABLAMOS  DE LA IMAGEN QUE GANÓ EL WORLD PRESS PHOTO, PERO ¿HAY OTRA HISTORIA
EN TU MEMORIA QUE ESTÉ CONTIGO DE MANERA PERMANENTE?

Hay muchísimas escenas, en Ucrania hay muchísimas imágenes desgarradoras del conflicto. En lo personal, mi ciudad natal ha sido ocupada, mis padres han tenido que abandonar su casa al negarse a permanecer viviendo en un espacio donde se rija por las leyes rusas porque les da miedo.

La fotografía que resultó ganadora del World Press Photo y que cuenta la historia de Irina demuestra cómo el gobierno ruso mató gente sin importar si eran mujeres, niñas, niños y esto significa para mí la aniquilación de la nueva generación de ucranianos. Es una historia que quisiera olvidar. Sin embargo, no es un suceso que pudiera poner en una caja y echarla a un lado. Es algo que no podemos poner de lado y simplemente seguir adelante.

HAS DICHO QUE LA HISTORIA DE IRINA ES UNA DE LAS QUE TE GUSTARÍA OLVIDAR, PERO NO PUEDES ¿CREES QUE ESA SENSACIÓN PUEDA CAMBIAR CON EL PASO DEL TIEMPO? 

No, nunca voy a poder olvidar la experiencia que tuve al tomar esta fotografía de Irina, quien después falleció. Es una relación muy personal. Hay un dicho que dice que la fotografía hace que se queme buena parte de la memoria en el cerebro, en mi caso es una quemadura grande y profunda.

¿EXISTE UN DILEMA ENTRE AYUDAR A LA GENTE EN UN CONFLICTO ANTES QUE TOMAR UNA IMAGEN? 

Cuando uno está en el campo de batalla lo que más se intenta hacer es documentar lo más posible y, posteriormente, cuando se hacen las ediciones de las fotografías es cuando también entra un juicio y  una valoración ética sobre lo que voy a publicar. 

¿CUÁL ES EL IMPACTO DE UNA IMAGEN EN UN AMBIENTE DE MUCHA VIOLENCIA EN EL MUNDO? A VECES MUCHA GENTE PREFERIRÁ NO VER ESAS FOTOS, ¿QUÉ LE PUEDES DECIR A LOS LECTORES? 

Las imágenes puede que no sean para todos, pero en algún momento sería necesario que todos las veamos. Hay una realidad violenta, hay una realidad brutal, hay una realidad de destrucción. Nosotros los fotoperiodistas vemos a través de los ojos de los familiares, vemos a través de los ojos de los doctores que están atendiendo en la primera línea y nosotros hacemos un balance, un filtrado.

¿CÓMO MANEJAS TU CANSANCIO EMOCIONAL?, ¿CÓMO LIDIAS CON LOS SENTIMIENTOS QUE PUEDES TENER POR ESTAR CONSTANTEMENTE VIVIENDO EN LUGARES DONDE HAY GUERRAS Y VIENDO EL SUFRIMIENTO HUMANO TODO EL TIEMPO? 

Bueno, es que los periodistas tenemos opciones y hay quienes escogemos este camino. Sin embargo, nuestra labor es importante en conflictos bélicos, es igual de importante que el alimento. Esto se vio de manera evidente en Mariúpol, si la gente no tenía agua, tampoco electricidad, pero tampoco información y eso era crucial porque estando en un albergue no sabían qué carretera era segura, qué camino tomar y eran asuntos de vida o muerte que recaían en la labor periodística, que podían hacer los corresponsales que teníamos comunicación a través de teléfonos satelitales, pero mucha gente carecía de esos datos. Así lo vivo, esto para mí puede ser opcional, no así para quien se encuentra en estas zonas de conflicto y no tiene alternativa.

Por Alejandra Leal Miranda

EEZ