CÚPULA

Llenar la alberca vacía con palabras

La escritora, poeta y editora Isabel Zapata reúne un conjunto variopinto de ensayos sobre los más variados intereses

EDICIÓN IMPRESA

·
Créditos: Especial

¿A ustedes les gustan los bufets? A Isabel sí. O tal vez no. Más bien los acepta cuando no hay de otra. Pero cuando sucede, no hay vuelta atrás. En ellos se come como si de veras tuvieras dos estómagos y se hacen las mezclas más raras entre los manjares. Ceviches, sopes, pasta, fruta picada, carne al pastor. De todo un poco, menos ensalada. 

Cuando piensas que es suficiente agarras de la mesa de postres un pastelito. En los bufets o vas por lo seguro o pruebas algo nuevo, pues hay que aprovechar. Algo así es Alberca vacía (Penguin Random House, 2022), en un símil con uno de sus ensayos. 

Alejandro Zambra, en su prólogo, considera el libro como una enciclopedia, un álbum de recortes, una cartografía o una sobremesa. Por supuesto. Una charla después de comer es diversa y ligera: te paras por postre y vuelves a sentarte. Parece que en esa pausa no te perdiste nada, pero sigue siendo interesante de escuchar.

La intención de reunir los 14 ensayos que componen la obra es brindar un panorama de las obsesiones de Isabel Zapata y sus temas de escritura. La memoria, el duelo, la vida de los libros y, sobre todo, las cosas que desaparecen y forman parte de sus pensamientos y referencias bibliográficas.

Isabel enlaza tantas ideas que, si bien algunos casos pueden ser lugares comunes, los personaliza con su novedad e ingenio, que provoca seguir leyendo. En todas ellas siempre comparte alguna referencia literaria y quizá esa sea la mayor aportación de su libro. Cada cita se nota estudiada y puesta de forma estratégica para exponer un punto de vista. El libro, sin embargo, no es un conjunto de ensayos académicos sino la pura definición de ensayo literario: libre.

El orden de una biblioteca, las virtudes que tienen los perros, los bufets, cómo vivir el duelo, qué nos dejan las fotografías, leer en voz alta, la maternidad en pandemia y, por supuesto, las albercas vacías, son algunos de los objetos, situaciones e ideas sobre los que Isabel reflexiona en sus ensayos.

Alberca vacía es una lectura ligera que se puede realizar en pausas.  Su redacción es cercana y directa, se siente con cada reflexión que nos comparte. Sólo en ocasiones las metáforas pueden ser más complejas, abstracciones de las emociones que Isabel filtra a través de las palabras. 

En esos casos, los ensayos requieren de mayor atención y quizá una segunda lectura. Como muestra un ejemplo: para Isabel las aves van por el aire y los pájaros por la tierra, por lo que no todas las aves son pájaros, pero sí viceversa. En otro caso, las albercas vacías pueden ser índices del paso del tiempo, de que las cosas cambian, desaparecen, pero dejan espacios vacíos dentro de uno.

Alberca vacía es un cóctel de todo un poco sobre la personalidad, conocimiento y referencias magistrales que puede tener una persona. Nos permite conocer a su autora como en una charla de sobremesa, después de una cita, y nos deja pensando en por qué un libro subrayado es una conversación de tres.   

PAL