Hasta un 40 por ciento de las armas encontradas en escenas del crimen de algunos países de Latinoamérica son de fabricación europea, señaló León Castellanos Jankiewicz, supervisor del estudio “Acceso a la justicia por la violencia armada: buscando responsabilidad para las exportaciones europeas de armas”.
“Ahí ya vemos que hay un número importante de productos, muchas veces, exportados de forma negligente o traficadas o desviadas, de las cuales no tenemos datos”, dijo.
El estudio fue elaborado por la Clínica Jurídica de la Universidad de Ámsterdam y el Instituto Asser, a petición de la Cancillería mexicana y, explicó Castellanos Jankiewicz en entrevista con El Heraldo de México, el problema analizado tiene dimensiones regionales.
“Sabemos que (las armas) están en México, también están en Centroamérica, en países como Guatemala, Honduras, El Salvador, en cantidades bastante importantes; si nos enfocamos en Centroamérica, hasta un 40 por ciento de las armas. Entre 40 y 50 por ciento vienen de Estados Unidos, del norte, y las demás vienen del resto del mundo, muchas de ellas europeas también”, aseguró.
Castellanos Jankiewicz destacó que las armas de producción europea llegan a los cárteles de la droga en México.
“Tenemos armas belgas, armas rumanas, armas italianas, armas francesas y de otras partes de Europa que se encuentran en México.
“Por ejemplo, en el famoso ‘Culiacanazo’, donde se trató de arrestar a Ovidio Guzmán, el hijo de El Chapo, se encontraron armas belgas, armas de marca FN Herstal y marca Beretta, que es una marca italiana”, detalló.
Aunque no hay datos exactos sobre el número de armas europeas detectadas en México, Castellanos Jankiewicz señaló que entre 2010 y 2019 se encontraron, entre otras, mil 925 pistolas Beretta y mil 365 armas rumanas en zonas del crimen del territorio mexicano, algunas de calibre militar.
Este informe indica los obstáculos para que las víctimas de la violencia armada accedan a la justicia y obtengan la reparación del daño por la negligencia de la industria armamentista europea, ya que esta tiene cierta protección como decretos de secrecía y falta de transparencia en exportaciones y venta de armas.
Un ejemplo de esto es Países Bajos, donde no se permite que las organizaciones de la sociedad civil acudan ante una autoridad judicial en representación de las víctimas.