En sus distintos recintos, principalmente en la Arena México (catedral de la lucha libre mexicana), el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) ha observado la consolidación, y el paso, de distintas leyendas y personajes emblemáticos, durante sus 90 años de historia.
Este deporte-espectáculo es una tradición y un elemento particular en la cultura nacional, como una disciplina que trasciende, como un espectáculo auténtico y distintivo. La presencia de grandes ídolos y referentes es determinante en el gran éxito alrededor del Consejo.
El Santo es el luchador por excelencia, un personaje que también incursionó en el cine y alcanzó la fama, en ambas facetas, en todo el mundo. Su recuerdo permanece siempre vigente y su imagen, tan característica (con su máscara plateada), es histórica e inconfundible.
Blue Demon coincidió con él en tiempo y espacio, y como su gran rival también se consolidó como un referente indiscutible en la industria en México. Sus grandes habilidades físicas (sus grandes manos), además de sus particulares saltos, llaves y tijeras, cautivaron a todo el público.
Ellos dos catapultaron la lucha libre y la afianzaron como una tradición. No obstante, en las nueve décadas de historia del Consejo Mundial de Lucha Libre, diferentes hombres han irrumpido en el cuadrilátero para convertirse en héroes y para forjar un legado propio.
Mil Mascaras, de alguna manera, fue el sucesor de El Santo y Blue Demon, y consiguió el respeto y la admiración de una afición exigente. Tinieblas, por su parte, llegó a ser asociado con el Dr. Morales, en uno de los grandes rumores en la historia del CMLL.
Lizmark, Atlantis y Rayo de Jalisco, entre otros, inmortalizaron su nombre en la historia de la lucha libre. También hay figuras históricas como Ray Mendoza, Huracán Ramírez, Black Shadow y El Cavernario Galindo,
Durante el Siglo XX, el ídolo por excelencia es Místico, quien generó un boom sobre las arenas del país, propiciando que personas que no eran afines a esta disciplina, acudieran a las funciones a ver los vuelos espectaculares del Príncipe de Plata y Oro.
Con 90 años de tradición, el Consejo es una de las grandes organizaciones a nivel mundial, exponente de primera y pionero del arte de desmadrarse entre las cuerdas.
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