Toda persona que actualmente participa en la vida pública, dice Jorge Volpi (Ciudad de México, 1968), “de una u otra manera” se ve sometido a la nueva ley de las redes sociales. Polémico funcionario cultural en varias ocasiones, articulista regular de periódicos, el escritor ha optado por ignorar el debate que generan sus opiniones antes que ponerse a rabiar: “He decidido ya prácticamente no ver Twitter; cada artículo que publico es motivo de insultos y de agravios, como me imagino que le ocurre a cualquiera que publique cualquier tipo de opinión”.
De cualquier manera, sostiene, lo que más le provoca rabia es la traición. Pero “hay todo tipo de rabias --ataja--, hay rabias positivas, hay rabias negativas, creo que tampoco tenemos que calificar la rabia siempre como una emoción negativa, puede ser muy productiva. Si estás frente a la injusticia, frente a la violencia, frente a la desigualdad, es natural que haya rabia y esa rabia tal vez pueda ser creativa y trate de cambiar las cosas, pero también es cierto que vivimos una época de rabias más bien inventadas, sobre todo por los políticos”.
La mirada concentrada, adusta, de un gorila que aparece en la portada de “Enrabiados” (Páginas de espuma, 2023) prefigura el interior del nuevo libro de Volpi. El autor, radicado en España, regresa al cuento, género con el que comenzó a escribir y publicó, por primera vez, a los 23 años. Se trata de seis relatos, dos de ellos de la década de los 90 (‘Poética’ y ‘Atonalidad’) y cuatros más de reciente hechura, escritos al sopor de la pandemia, al embotamiento que estaba produciendo el encierro y la sobreexposición a la virtualidad. Son media docena de cuentos que abordan la ira y sus diferentes caras, siempre desde la ironía y el humor.
En ‘Irreversibilidad’, por ejemplo, asistimos a la difícil tarea que resulta para un aspirante a científico redactar el obituario de su guía intelectual; en el camino sabemos que se trata de un académico reconocido y gruñón que dedicó sus últimos años de vida a despotricar en Twitter (el Pajarraco azul, lo llama Volpi): “Pareciera que las redes sociales nos han obligado a estar todo el tiempo exhibiéndonos y obligándonos a observar a los demás”.
“Somos exhibicionistas y voyeristas y en las redes sociales lo que surge, sobre todo, más que la parte racional tiende a ser la parte emocional y eso hace que sean más visibles esas emociones y que la rabia sea una de las emociones más visibles en nuestra época, no porque no existiera antes”, opina. En el primer relato, Volpi evade el punto y aparte como recurso para narrar la rabia; en otro, imita la sucesión de comentarios, siempre polarizados, que genera una noticia en redes sociales para construir su texto.
Y ahí, en la divergencia de opiniones, el escritor explica parte de la rabia que todo el tiempo estamos viendo: “México, por ejemplo, no parecía que iba a ser una sociedad tan polarizada porque nuestro sistema, cuando empezaba nuestra reluciente democracia, parecía que iba a ser un sistema tripartidista, entonces ahí la polarización no existe tan grande y sin embargo hemos ido evolucionando o involucionando, hacia un modelo otra vez bipolar”.
“Lo terrible de la división en sólo dos partidos es que ya no se considera al otro como alguien que es solamente un adversario, se considera un enemigo y si estamos en un momento donde la discusión pública se lleva a cabo sobre todo en redes sociales, esas redes sociales lo que sobre todo hacen es que exacerban las emociones y no la razón, pues es natural que la emoción que se exacerba más frente a los otros es el odio o la rabia y ahí es donde está el peligro de sociedades tan partidas por la mitad”, opina
ELEMENTOS
- Jorge Volpi pertenece a la llamada Generación del Crack, manifiesta en 1996
- También es autor de ensayos, novelas y artículos periodísticos
- Se desempeñó como director del Festival Cervantino y coordinador de Cultura en la UNAM
LSN
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“La violencia no da espacio para el optimismo”: Jorge Volpi