Hasta 2018, los lectores identificaron los libros de Jorge Ibargüengoitia por las portadas que la pintora Joy Laville (1923-2018) hizo para ellos como “gesto de amor al escritor y a la literatura”. El mismo año que falleció la artista británica, quien vivió en México desde 1956, editorial Planeta decidió sustituirlas, pero hasta ahora, los 16 libros del autor guanajuatense con las obras de Laville siguen siendo los más apreciados.
Los bocetos de las acuarelas y los dibujos que la pintora trazó para esas portadas fueron parte de la obra de la que nunca quiso desprenderse. Esos, y otros tesoros guardados en el rincón de la intimidad, podrán ser admirados por primera vez a propósito del centenario del natalicio de la creadora (8 de septiembre): el Museo de Arte Moderno (MAM) inaugura el 3 de agosto “Joy Laville. El silencio y la eternidad”, que incluye casi 90 obras, 36 de ellas inéditas, que han sido sacadas de la colección personal que la artista conservó.
Los curadores Lucía Peñalosa y Carlos Segoviano afirman que la exposición intenta acercar la obra de Laville a las nuevas generaciones, pero también apartarla de los estereotipos en la que la han encasillado sus “colores apastelados” y amplios horizontes. “Al ver su obra creemos que hay una mayor profundidad: tanto sus cuerpos, que no son hegemónicos y son diversos, muy ad hoc con los temas actuales sobre la diversidad, pero también sus espacios, sus ambientes, tienen una carga existencialista muy interesante”.
Todos estos elementos, afirma Segoviano, “se abren a espacios en donde lo misterioso, lo fantástico, lo inusual, da pie a preguntarse sobre el lugar del hombre en el mundo y, particularmente sus paisajes exteriores, sus marinas, son muy especiales porque los grandes bloques de color, en donde dominan estos azules del cielo o del mar, contrastan con la pequeñez del ser humano y la condición del propio hombre frente a la naturaleza”.
La exposición se realiza en conjunto con la Galería de Arte Mexicano de Patricia Torres, quien desde 1967 representa a la artista. Algunas obras inéditas incluyen también cerámicas y dibujos particulares; los curadores estiman que Laville conservó al menos unos 10 mil trabajos diversos: “Ella tenía muchísima disciplina, pintaba todos los días hasta más cerca de su muerte; tenía sus horarios, toda la mañana pintaba, después terminaba, comía, se echaba su tequilita, la merienda y al día siguiente lo mismo. Era una artista muy disciplinada”.
- -Joy Laville nació en la isla británica de Wight en 1923
- -Emigró a México en 1956, dónde se casó con Jorge Ibargüengoitia, en 1973
- -La exposición del MAM permanecerá abierta hasta 29 de octubre
PAL