ARTES

Ofrece otra mirada al papel de Elena Garro en el 68

A partir de una extensa investigación, que incluye archivos históricos, Rafael Cabrera sigue los pasos de la autora en el movimiento estudiantil, en el libro “Debo olvidar que existí”

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Cortesía INBAL

Elena Garro, dice Rafael Cabrera, se convirtió en un enigma a resolver; con el tiempo se volvió casi una obsesión a la que le ha dedicado prácticamente la mitad de su vida, 20 años. Y es que, cuenta en entrevista, explorar su compleja vida exige reconstruir su contexto histórico y social, porque hablar de la autora de Los recuerdos del porvenir es hablar también de un México convulso.

Sin embargo, se centró en un periodo específico, quizá el más significativo por todas las implicaciones que vinieron después y por el tejido de mitos que la acompañaron el resto de su vida e, incluso, después: su papel en el movimiento estudiantil de 1968.

(Créditos: Cortesía INBAL)

A partir de una extensa investigación, que incluye entrevistas, correspondencia, archivos históricos, personales y fotográficos hasta hoy desconocidos, Cabrera (Ciudad de México, 1983) siguió las pistas que dejó Garro en sus múltiples y frenéticas huidas, tanto reales como imaginarias. Todo está condensado en Debo olvidar que existí, un libro aparecido inicialmente en 2017 y que ahora se reedita con más información como documentos de la estancia de la escritora en el Hotel Casablanca, donde se refugió del 68, así como cartas que envió a Estados Unidos.

“Me enfoqué en el 68 porque es el gran incidente de la vida. Como lector adolescente me deslumbró y de ser mi ídola se convirtió en mi objetivo de investigación. Me fui dando cuenta de que había muchos lugares comunes en torno a ella, como su complicada participación en el 68, pero no quería una historia resumida”, dice.

Con las herramientas del periodismo, su disciplina de investigador y con la curiosidad del reportero empezó a establecer que insistir en que Garro “delató” a los intelectuales es en un lugar común.

“Hay documentos, los archivos de Princeton y están las entrevistas que ella concedió para establecer otra historia. Tenía claro que Elena siempre fue muy consistente en el relato de la persecución desde el 28 de septiembre, al menos hasta que cae en las manos de la Dirección Federal de Seguridad. Fue una reconstrucción de piezas, en archivos, en literatura, en cuentos, en diarios, en

entrevistas", detalla sobre la autora de quien este 22 de agosto se conmemora su 25 aniversario luctuoso.

Y agrega: "Siempre aceptó que la regó, pero, al mismo tiempo, también dijo que hubo una exageración de lo que hizo y de lo que en realidad participó. El gobierno la usó, la desechó y se  quedó sola. Se dijo que justificó la matanza y es falso; ella fue un daño colateral de todo un entramado político que se generó; se aseguró que nombró a los intelectuales o que quiso derrocar al gobierno, todo eso fue falso”.

PAL