MICROPLÁSTICOS EN EL LÍQUIDO VITAL

Temen por agua dañada en presas y ríos

Una investigación halló microplástico en presas y ríos

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Gerardo García

Al abrir la llave es muy probable que los usuarios del Sistema Cutzamala reciban agua con microplásticos, contaminación no visible e identificada en algunos cuerpos de agua. Esto se debe a desechos de plásticos o descargas residuales, por lo que su exposición o consumo puede ser dañino para la salud.

Francisco Agustín Reyes y Esmeralda Rivera Gutiérrez, estudiantes de doctorado en Ciencias Ambientales en el Tecnológico de Toluca, hicieron el hallazgo con una investigación pionera en el país, que pretende incidir en leyes y acciones para revertir esta problemática, que es mundial.

El estudio, aún en proceso, identificó microplástico en ocho puntos de la presa Miguel Alemán, Valle de Bravo y ríos como Velo de Novia, El Molino y Chalma. Los puntos más contaminados son donde hay mayor actividad humana y turística.

Agustín Reyes halló 180 partículas por litro en algunos sitios en Valle de Bravo, con mayor presencia en centro y compuerta del embalse. Incluso a 50 por ciento de capacidad hallaron en los sedimentos, a 21 metros de profundidad, pues en estiaje con menos agua para disolverse se acumulan más.

(Crédito: Gerardo García)

En entrevista, advirtió que estudios arrojan que dicha contaminación, en forma de fibra, está ligada a enfermedades estomacales o de piel por su consumo o contacto, por ser un medio de transporte de bacterias. Además, la fauna, como peces, la consumen, y al pescar y cocinarlos, se ingiere.

En México se carece de la ultrafiltración, por lo que el microplástico llegaría a los hogares beneficiarios del Cutzamala. Pero el turismo y la población de la región también están expuestos a ese contaminante.

Esmeralda Rivera reveló que en el río de Chalma muestrearon microplástico en 13 puntos y algunos sitios que ya no son aptos para que la gente consuma o entre al cuerpo de agua.

(Crédito: Gerardo García)

Alertó que hay una investigación en Pakistán de 2017 en el que encontraron dicha contaminación en heces humanas y tejidos humanos. 

PAL