Entre 2005 y 2022, la región Latinoamericana recibió más de 500 anuncios de proyectos de inversión extranjera directa (IED) en energías renovables, por un total de casi 170 mil millones de dólares, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
En su estudio, la Inversión Extranjera Directa para América Latina y el Caribe 2023, de ese total de recursos “los mercados más atractivos fueron los del Brasil, Chile y México a quienes les correspondió más del 80 por ciento de los anuncios dirigidos a la región”.
Los principales proyectos para los que se destinaron esas inversiones fueron a la energía solar y la eólica, las cuales fueron las principales tecnologías y representaron casi 70 por ciento de todos los proyectos de inversión.
Según el estudio, aunque aún no se puede eliminar las energías fósiles, las cuales seguirán vigentes otro tiempo, la región -igual que el mundo- se encuentra inmersa en una transición, que le demanda la meta para limitar el aumento de la temperatura media mundial a 1.5 grados centígrados y por lo que es necesario que se inviertan unos 131 mil billones de dólares más (131 mil millones de dólares) hasta 2050.
Este es el reto enfrentan los países de la región Latinoamericanos y del Caribe, inmersos en un crecimiento insuficiente y poco espacio para aplicar políticas fiscales, es necesario poner en marcha estrategias de mediano y largo plazo que habiliten la transición energética y permitan aprovechar su potencial para desarrollar las capacidades.
Para ello, expone la CEPAL que se requiere que los países cuenten con una oferta energética limpia, ya que ello, podrá convertirse en un factor competitivo que permita desarrollar nuevos sectores productivos y atraer inversión hacia otros sectores, no solo el de las energías renovables.
Y es que recordó que hasta el momento el principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial son las energías no renovables como el petróleo, el gas y otros combustibles fósiles que generan más de 75 por ciento de las emisiones de esos gases y casi el 90 por ciento de las de dióxido de carbono.
Por ello, según el estudio de la CEPAL a fin de evitar que el cambio climático empeore y cumplir con los objetivos del Acuerdo de París, hay que reducir las emisiones totales del sector energético un 50 por ciento para 2030 y hay que transitar hacia las cero emisiones netas para 2050.
Sin embargo, apuntan que lograr esas metas supone impulsar con urgencia una transición energética hacia fuentes de energía renovable y poner en marcha estrategias destinadas a descarbonizar el sector de la energía.
De tal manera, apunta que lograr esos objetivos llevaría a que el PIB mundial crecerá en promedio 1.3 puntos porcentuales al año hacia 2030.
PAL