A partir de las declaraciones que la denunciante y los acusados realizaron en el famoso juicio de “La Manada”, por los hechos de violación grupal ocurridos durante las Fiestas de San Fermín, en 2016, en Pamplona, España, el dramaturgo Jordi Casanova creó “Jauría”, obra de teatro dirigida por Angélica Rogel que regresa al escenario, ahora, en el Teatro Milan, a partir de hoy y hasta el 16 de julio.
En entrevista con Ana Sofía Gatica, actriz que interpreta a la joven de 18 años, víctima del abuso de “La Manada” (como se conoció a los cinco perpetradores), contó “que hay un antes y un después de este papel”, por lo que a esta nueva temporada llega con mayor fuerza y madurez.
“Cada que leo el guión, cada que actúo, cada que estoy en ensayo o en el escenario todo tiembla dentro de mí. Sin embargo, considero que me encuentro en una parte de mi vida en la que puedo abordar esta ficción con una fuerza que no logré la primera vez, cuando leí el texto, la historia me vulneró mucho física y emocionalmente, pero sé que mi voz da voz a otras víctimas, que mi voz potencia el mensaje en contra de la violencia contra la mujer”, manifestó.
Jordi Casanovas escribió el texto de “Jauría” a partir de toda la información y de todos los interrogatorios que se dieron durante en el juicio de “La Manada”, una recopilación de datos, que, de acuerdo con Gatica, le apoyaron para generar esta obra de teatro, a manera de documental.
“Se pronuncian las palabras que se dijeron en el caso, y eso es para nosotros muy importante, es como si se leyera el documento fiel de este acontecimiento”, explicó la actriz.
Ana Sofía Gatica compartió que después de haber presentado la primera temporada se dio cuenta de cómo esta obra abrió el discurso para los espectadores, quienes, de manera cotidiana no llevan estos temas a la mesa.
“Todos los días nos damos cuenta de que las leyes están hechas para los hombres, para solapar una violación o un acto de cualquier tipo contra la mujer, y no solamente lo vemos en España, lo vemos en México, donde la prueba más fehaciente de la violencia, es que una vaya casi muerta a denunciar, pero si tienes suerte, y te defiendes, la cosa tampoco cambia, sigues siendo culpable”, reflexionó.
Y contó que independiente de lo desgarradora que es la historia, le ha permitido conocer toda la conversación que existe sobre el “consentimiento” para los hombres, quienes tienen una concepción muy distorsionada de lo que significa, "porque básicamente las reglas sociales y la educación, dictan, de manera absurda, que un no es un sí, y que ante su error, pocas veces habrá consecuencia”, finalizó.
LSN