CÚPULA

Poesía para estar un poco menos solo

Miguel Gane forma parte de una joven generación que está dando frescura a la poesía de habla española; hace unos días presentó en México su más reciente trabajo

EDICIÓN IMPRESA

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Su primer libro, Con tal de verte volar, alcanzó 18 ediciones y se publicó en México, Colombia y España.Créditos: Leslie Pérez

Miguel Gane (Rumania, 1993) forma parte de una joven generación de poetas que, poco a poco, pero con pasos firmes, están desacralizando la poesía, no sólo por sus características estéticas y temáticas sino sobre todo porque su ventana de difusión más importante son las redes sociales; los versos están a un clic. Y no sólo eso, su voz, sus poemas, llenan teatros y cantinas, bares y librerías. 

Los lectores no sólo buscan leer sino escuchar, compartir, en colectividad, la convención poética a la que les convoca. Rumano de nacimiento, a los nueve años llegó a España, país que le prometía prosperidad a su familia. Así, las calles de Madrid se volvieron su hogar y el español su lengua materna. Por ello, en su obra habita la inmigración, la identidad y la tierra madre. Sus orígenes los ha contado a plenitud en su novela Cuando seas mayor (SUMA, 2019). Pero su visión del mundo puebla sus poemas, publicados como Con tal de verte volar (2016), Ahora que ya bailas (2018), La piel en los labios (2020) y Ojos de sol (2022), el poemario más reciente que lo ha traído por primera vez a México, para presentarse en dos recitales que tuvieron lleno total. 

Previo a su debut en la Ciudad de México, lugar que, dice, lo ha sorprendido por su vertiginosidad, su vida nocturna, su comida y su tequila, el poeta, quien primero fue abogado y a los 18 años publicó su primer poema en internet —en Instagram suma cerca de 400 mil seguidores—, conversa con Cúpula. La charla arranca recordando la rima XXI de Bécquer: ¿Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul…

¿QUÉ ES LA POESÍA PARA TI?

Es una manera de comprender el mundo que me rodea, una manera de expresarme, de entenderme, una manera de hablar conmigo mismo, y, sobre todo, una manera de contar una historia, porque al fin y al cabo cada poema cuenta una historia, es un ente independiente que funciona dentro de un público, pero es cierto que, luego, cada persona va tomando lo que le interesa de cada poema: un verso, un punto o una coma. De modo que, de alguna manera, la poesía también es encontrar respuestas en circunstancias que te vas encontrando en tu día a día y que no sabes definir o no sabes explicar; y, en última instancia, es una manera de sentirte un poco menos solo. 

Creo que cada persona que es lectora de poesía —y que lo disfruta— ha encontrado un lugar cómodo, donde sentarse, tumbarse y estar como en casa. 

¿CÓMO LLEGASTE A LA POESÍA? 

Es una historia un poco larga porque esto es de toda una vida. Tengo 29 años y he estado escribiendo desde hace 13 o 14 años. Empecé a escribir poesía a los 13 años, cuando llegué a España, soy de Rumanía y mi padre me puso un profesor particular que venía a darme clases, él escribía de una manera muy amateur y yo aprendí el castellano con los poemas de mi amigo Rafael. 

Eso me abrió una puerta muy bonita e interesante para encontrar una manera de expresarme. A los 13 años empecé a presentarme en los concursos que había en el instituto. No gané ninguno, pero estuvo bien la experiencia. Ya con 18 años, me abrí un blog en internet y empecé a compartir los poemas, de ahí hasta ahora, han pasado 11 años. 

EL FEMINISMO ES UN TEMA QUE ABORDAS, ¿CÓMO TE ACERCASTE AL TEMA Y LO INCORPORASTE? 

Además de las situaciones personales que he vivido a largo de muchos años, porque vengo de una sociedad muy machista y estuve rodeado de mucha violencia, la poesía también es una manera de ver el mundo, entonces uno escribe sobre las cosas que ve. 

Los escritores nos dejamos ser un poco relatistas de lo que va sucediendo, un poco como los periodistas. De modo que, para mí, observar, ver y aprender es también una manera de encontrar ideas para los poemas. Uno no puede permanecer ajeno a las cosas que le rodean, no puede cerrar los ojos, así que de un simple ejercicio de observación salieron algunos de los poemas que, después, han tenido mucha trascendencia a lo largo de los países de habla hispana, porque se han reproducido mucho. De hecho, “Arde”, por ejemplo, está en el libro de Isabel Allende, Mujeres del alma mía, lo que es un orgullo. 

¿QUÉ ES LO QUE MÁS TE GUSTA DE ESTAR EN UN ESCENARIO? 

Que hago lo que me da la gana, tengo mucha libertad para decir lo que yo quiera, lo que yo considere, y, bueno, dentro de un marco, dentro de un ámbito, dentro de una historia. Luego, naturalmente, el público, el silencio del público es una cosa muy bonita, hay poemas que invitan a estar en silencio, me gusta el ambiente que se crea y ver cómo las palabras son capaces de llegar a tocar fibras muy sensibles de las personas, porque los recitales que estamos haciendo ahora no son recitales de amor, hablamos sobre muchos temas, cosa que la gente alucina porque no se espera para nada lo que va a ver. 

ERES ABOGADO, ¿ESO HA IMPACTADO TU ESCRITURA? 

Sí, porque sé hasta dónde puedo llegar con la escritura para no ir a la cárcel. A mí la abogacía me ha dado una estructura, me ha dado mucha estabilidad y una manera de expresarme muy concreta. 

Busco siempre la concreción, me parece que los poemas más largos hay que hacerlos más cortos y, a veces, si abusas de los espacios sales perjudicado, entonces a mí me gusta reducir todo; también me ha ayudado con la manera de expresarme, de hablar y de no tener pudor ni vergüenza, tener seguridad en lo que digo. 

¿QUÉ OPINAS DE LAS OPINIONES EN CONTRA DE ESCRIBIR EN REDES? 

Pues me da igual. Me da absolutamente igual. Son frustrados, eso es lo que opino. Yo estoy muy contento con lo que hago. Yo sé hasta dónde llega mi trabajo, sé hasta dónde llego yo, sé a dónde quiero llegar, lo tengo muy claro, sé lo que han sido capaces de hacer mis poemas a lo largo de todos estos años, en las personas que los han leído y para mí eso es lo más satisfactorio del mundo. 

Por eso las críticas me dan igual, ni siquiera me interesa. Antes me lo tomaba personal, pero después de mucho trabajo psicológico, con mi psicóloga, Casilda, hemos llegado a muchas conclusiones, una de ellas es que si he tenido tanta repercusión con mi trabajo, significa que vale. 

Cuando aprendes eso, lo demás te es indiferente. Después hay muchas discusiones sobre las calidades, sobre las formas, eso es otro debate en el que nunca se llega a ningún punto, he tenido algunos en todos estos años, pero no hemos llegado a ningún punto en común; prefiero ya dejar de debatir sobre eso, tomarme una chela y ya. 

¿QUÉ SIGNIFICA ESTAR EN MÉXICO? 

Es un proyecto que puse en marcha en enero, que es hacer recitales en escenarios y dejar de hacerlo en librerías, además tenía la espinita clavada de la Ciudad de México. 

(Con información de Alida Piñón).

 

LSN