WASHINGTON. Mientras se espera que la inmigración sea parte de la retórica electoral de aspirantes con antecedentes de xenofobia, especialmente republicanos, Estados Unidos nunca había tenido tantos trabajadores inmigrantes como ahora.
Es una realidad, y una necesidad económica. De acuerdo con el Departamento de Trabajo, 18.1% de la fuerza laboral en Estados Unidos está constituida por trabajadores nacidos en el exterior.
En términos estadísticos son prácticamente casi uno de cada cinco, en la proporción más elevada en más de un siglo en EU: los trabajadores nacidos en el extranjero fueron 29.8 millones en 2022, un aumento de 6% respecto a los 27.9 millones de 2021.
El número de estadounidenses que trabajan pasó de 133.2 millones a 134.5 millones, apenas 1 por ciento.
Para complicar más las cosas, una mayor proporción de la población inmigrante está en edad de trabajar, precisó el Instituto de Política Migratoria (MPI): 77 por ciento están entre 18 y 64 años.
La proporción es de 59 por ciento de la población nativa.
El censo estadounidense estima que la población total migrante es de 45 millones de personas, o sea 13.6% de los residentes en EU.
Los dos principales aspirantes a la candidatura presidencial republicana, Donald Trump y Ron DeSantis, han hecho anuncios o tomado medidas antiinmigrantes.
En el caso de Trump parece haber recogido algunos de los temas de su campaña de 2016 y prometido cerrar la frontera con México, para evitar la llegada de nuevos migrantes. DeSantis promovió una nueva ley estatal para evitar la contratación de indocumentados, que ha provocado ausencias laborales.
Por otra parte, la economía de EU se encuentra en un periodo de expansión, con peligros recesivos, el hecho es que el envejecimiento de la población estadounidense y su salida de la fuerza laboral en un momento de escasez de mano de obra, lleva a que los inmigrantes desempeñan un papel cada vez más importante.
PAL