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Estados Unidos: xenofobia se arraiga

Las instituciones de ese país están bajo ataque, dice el analista Fineman

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Especial

WASHINGTONEstados Unidos pasa hoy por un momento peligroso, con sus instituciones bajo el ataque tanto de sus propios defectos como de la hiperpolìtica que hoy domina el debate público y se refleja, entre otras cosas, en un periodo de xenofobia. Habla Howard Fineman, un influyente analista político por más de 30 años, para quien la palabra que hoy define el panorama estadounidense es, simple y llanamente, "caos".

"La situación está inestable", dijo en una conversación con El Heraldo de México. "Las instituciones que se han probado y los procesos que proporcionaron estabilidad a una gran potencia, como los Estados Unidos, están o estuvieron bajo ataque", apuntó.

De hecho, señaló, Estados Unidos pasa por uno de los más polarizados momentos de su historia, uno en que por factores que van de la tecnología a las necesidades de trabajo, los estadounidenses han perdido contacto entre sí.

En los años previos a la Guerra Civil (1861-65) "las personas en las dos regiones (norte y sur) se volvieron misteriosas para los demás", dijo. "En otras palabras, los norteños, a medida que comenzaron a industrializarse y aceptaron oleadas de inmigración, etc., se convirtieron en una sociedad diferente a la del sur y no entendían la vida del otro. Entonces no tuvieron una experiencia común para reconocer que la otra persona era un ser humano como ellos. Y cuando llegas a un punto en el que estás discutiendo con alguien cuya humanidad no aceptas a nivel visceral (...) ahí es donde una discusión se convierte en una guerra civil y ahí es donde el valor de discutir en el que finalmente se encuentra un compromiso se vuelve imposible".Y la esperanza: "no creo que estemos en ese punto todavía en Estados Unidos".

Fineman, autor de un libro bajo el título "Las trece discusiones estadounidenses" (The Thirteen American Arguments) sobre los temas que no se han resuelto en la historia de su país, se refiere sobre todo a dos con incidencia directa en el debate político y social actual; ¿quién es un ser humano?, que comenzó con el debatir el caacter de aborígenes y los entonces esclavos negros y ahora se refuere al aborto, y quien es un estadounidense, que  se centra en la inmigración."Estamos en un período de xenofobia aquí en Estados Unidos", comentó. "En EU alternamos entre el miedo al inmigrante y la celebración del inmigrante, y generalmente suceden al mismo tiempo", añadió.

EU atraviesa por un periodo de alta inmigración y un duro debate en torno a la llegada de nuevos inmigrantes, simbolizado por las imágenes de miles de personas que esperan en la frontera mexicana por la oportunidad de entrar a territorio estadounidense.

El debate no esconde que los migrantes son una necesidad para el país, porque hacen el trabajo duro. "Queremos su trabajo, pero no queremos su compañía, por así decirlo, su pertenencia a la comunidad. Y esto ha sido cierto en Estados Unidos desde el principio. Cada ola de inmigración desencadena una ola de miedo al otro y ahora estamos en medio de eso". 

Pero eso es sólo parte del actual problema de la sociedad estadounidense y su polarización. De hecho, enumeró, "los medios están divididos contra sí mismos", el Congreso se ha convertido en "una institución casi inútil porque está paralizado por la división partidista" mientras la vida familiar, que brinda estabilidad en cualquier sociedad, es perturbada porque "todos trabajan tan duro para mantenerse a flote económicamente que no pueden concentrarse lo suficiente". Y en ese marco, "la religión se debilita por su confusión" y una creciente participación política, especialmente de grupos cristianos evangélicos, que creen que están perdiendo su lugar en la cultura estadounidense.  

De la unidad básica de la sociedad, la familia, a lo que Fineman define como el verdadero gobernante de Estados Unidos, la Constitución, "todo está bajo asalto", incluso la separación de religión y Estado.

El analista, que aparece regularmente en programas de televisión y escribe una columna, dice que lamenta no haber agregado otro punto a los temas en discusión sin acuerdo: "la obsesión nacional por las armas".

Pero, aun así, alega también que los estadounidenses ya no discuten lo suficiente. 

"Creo que este es el momento más polarizado entre los partidos desde la década anterior a la Guerra Civil ", dijo, al recordar que la falta de diálogo llevó a que Norte y Sur dejaran de hablarse o norteños y sureños dejaron de reconocerse como personas.

"Eso llevó a la Guerra Civil, y aunque no estamos en ese momento todavía, es peligroso", porque en su concepción el tema es menos regional, la diferencia es ahora entre ciudades y áreas rurales.En su opinión, el debate en torno a los límites de la deuda pública estadounidense son un ejemplo de los problemas de su país."Esencialmente nos lo debemos a nosotros mismos, a nuestros hijos", señaló. Pero el hecho es que esa deuda se traduce en mayores tasas de interés y una carga para sus descendientes: "Hipotecamos nuestro futuro por la comodidad de hoy". 

PAL