ARTES

Vivir 91 años es chiripada: Elena Poniatowska

La escritora acaba de vender los derechos de sus libros a Seix Barral, quien arranca la Biblioteca Elena Poniatowska con tres títulos, como La noche de Tlatelolco

EDICIÓN IMPRESA

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Créditos: Especial

Cuando las universidades estadounidenses de Stanford y Princeton buscaron a Elena Poniatowska (París, 1932) para comprarle su acervo personal, su hijo dijo que no: “Eso fue una decisión de mi hijo, es su mérito, a mí me ofrecieron dos universidades, Princeton y Stanford. Felipe dijo que le parecía que era una traición a México que todo lo de los escritores estuviera fuera, y lo mío, pensó, no puede salir de México”, cuenta la escritora.

Poniatowska, La Pony como cariñosamente se le llama, cumplió 91 años hace unos días, pero eso no le impide atender una ajetreada agenda. En su casa de Chimalistac habla sobre la nueva Biblioteca Elena Poniatowska, que Seix Barral ha lanzado después de que “compró todos los libros que yo he escrito, bueno, no me los ha pagado”, cuenta. Aún así, ya han salido al mercado tres: “La noche de Tlatelolco” (1971), “Querido Diego, te abraza Quiela” (1978) y “Tlapalería” (2003), publicados primero por ERA.

Elenita se mueve sin problema por su casa, sube y baja las escaleras sin necesidad de ayuda: “Me van a tomar fotos, entonces subo a ponerme falda”, dice. Escudriña y siempre sonríe; su casa, rodeada de libros, también conserva fotos, flores que le han mandado a propósito de su cumpleaños, alguna obra de sus amigos pintores o recuerdos de sus afinidades como el cojín, con una carismática caricatura del Presidente (Amlito, le llaman), que reposa en una de las sillas.

“Es el presidente de mi país y claro que lo admiro y lo respeto, yo creo que él ha cumplido con lo que se propuso”, afirma después de recordar que el mandatario ha estado cinco o seis veces en su casa, después que una vez llegó con Chema Pérez Gay, para pedirle apoyo con los estudiantes. De otros políticos como Carlos Salinas, dice que siempre “fue muy amable” e “inteligente” para tratar “con amabilidad” a sus críticos”, como aquellos con los que acudió a Los Pinos cuando el presidente ofreció una comida a propósito de su cumpleaños: “fueron Monsiváis que era crítico, fue Jesusa Rodríguez que era crítica, nadie fue a adularlo”.

Poniatowska recuerda episodios que la marcaron: su primera entrevista en 1953, al embajador de Estados Unidos en México, Francis White; dice con añoranza que la primera entrevista que le hicieron a Manuel Felguérez la hizo ella, cuando vendía “unos cacharros horribles” en Obrero Mundial, también a Mario Vargas Llosa “cuando vivía en París y todavía no era famoso”, o cuando acudía a las fiestas que ofrecía Carlos Fuentes y conocía a todos los escritores del momento: “Yo no tuve ningún problema, yo les hacía publicidad; les daba risa las preguntas que yo hacía y les caía bien, por eso pude seguir adelante”.

Madre de tres hijos y abuela de diez nietos, Poniatowska dice: “He tenido muchísima suerte de tener una muy buena vida. Hubiera podido vivir quizás más consentida, con menos trabajo, pero desde hace muchísimos años hago entrevistas, hago artículos de todo tipo…”. ¿Cómo se logra llegar a los 91 años tan activo?, se le pregunta: “Mi mami murió a los 92 años para mi enorme tristeza; yo no tengo ninguna fórmula, no me la sé, ni creo en las fórmulas, es chiripada, son gajes del destino, decisiones que no tienen nada que ver con uno”.

  • La Biblioteca Elena Poniatowska incluye fotografías contemporáneas en sus portadas.
  • Los primeros tres títulos llevan imágenes de Maya Goded, Yolanda Andrade y Patricia Lagarde.
  • Los siguientes títulos llevarán fotos de Graciela Iturbide, Melba Arellano, Olivia Vivanco o Yvonne Venegas.   

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