La cada vez más dura retórica antimigrante del expresidente Donald Trump, favorito para ganar la candidatura presidencial republicana de 2024, provoca malestar, pero también expone un sentimiento cada vez más extendido.
Trump afirmó el sábado que los migrantes "envenenan la sangre de nuestro país", en una escalada que le valió numerosas críticas, pero reflejó igualmente la creciente irritación de los estadounidenses con el problema de la migración y en específico con la situación en la frontera con México.
El señalamiento de Trump, calificado como "fascista" por una autora, incrementó la sensación de amenaza que marca una campaña en la que ya prometió, en septiembre, la "operación de deportación nacional más grande en la historia de EU" si regresa a la Casa Blanca.
Se estima que hay unos 11 millones de indocumentados establecidos en EU, o sea hasta 3.6 por ciento de la población. Asimismo, los migrantes legales son alrededor de 50 millones, 14.5% de los habitantes estadounidenses.
OTRO RADICAL
El gobernador de Texas, Greg Abbott, promulgó ayer un proyecto de ley que crea un nuevo delito estatal por ingresar ilegalmente al territorio. La medida marca un paso enorme en la dura batalla legal que libran el estado y el gobierno federal sobre los esfuerzos para reducir la inmigración irregular.
El proyecto de ley, denominado SB4, también otorga a las autoridades locales el poder de arrestar a migrantes y a los jueces la capacidad de emitir órdenes para expulsarlos a México.
Esta legislación ha desatado ondas de miedo en toda la comunidad latina de Texas, que constituye 40% de la población del estado.
Por José Carreño Figueras
EEZ