CÚPULA

MUAC: Espacio de pluralidad y libertad artística

En 15 años de existencia, el espacio universitario ha acompañado e impulsado la sinergia de una escena artística construida por tendencias complejas

EDICIÓN IMPRESA

·
Créditos: Fotos: Cortesía MUAC

En el arte contemporáneo no hay nada parecido a un estilo de época; sin embargo, esto no significa que vivamos un mero pluralismo sin bordes ni desafíos. La noción central en el arte moderno de que una determinada tendencia o, aún peor, un artista tenía la tarea de representar y dominar un momento del desarrollo artístico ha cedido ante el disfrute simultáneo de una variedad de genealogías, modos de hacer y formas de cultura, compitiendo y conviviendo en un campo cultural cada vez más complejo.

Esa variedad, lo mismo que la feliz discusión que la activa, tiene su contraparte en una diversidad igualmente compleja y tensa de formas de subjetividad. La idea de que hay una especie de “público promedio”, “el hombre de la calle” o “el gusto mayoritario” es un autoengaño: en realidad, existimos dentro de una feliz y energética heterogeneidad.

En su década y media de existencia, el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM ha acompañado e impulsado la sinergia de una escena artística construida por tendencias complejas donde suerte, disfrute y crítica, diversión y erudición, militancia y contemplación, aun siendo facultades opuestas y diferentes, aparecen lado a lado como parte de una misma ecología cultural.

No es éste un museo que tenga una tendencia artística dominante, sino que, de modo consciente, busca unir y hacer confluir una variedad de líneas curatoriales y modos de experiencia cultural que, precisamente por expresar orientaciones diferentes, producen una excitación común. 

El MUAC tiene una serie de líneas de investigación características. A lo largo de estos años ha sido la sede de una variedad de muestras, como Desafío a la estabilidad, 1952-1967 (2014) y Una modernidad hecha a mano. Diseño artesanal en México, 1952-2022 (2022), que buscan establecer una memoria cultural sólida del arte local, aprovechando la función que tiene la UNAM como foco de irradiación de saberes.

También, ha sido la locación de muestras individuales significativas que han ratificado, puesto al día o establecido la reputación de artistas locales tan diversos como Mónica Mayer, Vicente Rojo, Fritzia Irizar o Carlos Amorales. Dar a las obras de artistas locales, tanto en las muestras como en la colección del MUAC, un trato privilegiado no sería factible si el museo no fuera también el receptáculo constante de obras referenciales de artistas de circulación global —como Ai Weiwei o Anish Kapoor— o si no fuese identificable con operaciones críticas radicales como las que han presentado en sus salas Forensic Architecture o Raqs Media Collective, entre otros.

Debido al modo en que hemos intervenido en el campo cultural, resulta esencial garantizar el acceso de nuestros públicos a experiencias clave, como los monocromos de Yves Klein, a la vez que impulsamos artistas de metodologías controversiales, como Jill Magid. 

La clave de nuestra operación es ofrecernos a públicos y prácticas artísticas que no necesariamente se identifican —y en ocasiones incluso se perciben como adversarias—, pero que ya en el museo tienden no sólo a mezclarse, sino a intercambiarse en un descubrimiento mutuo. Rechazamos todo intento de reinstaurar una ruta única, en favor de un constante reto: compartir con otros el placer de descubrirnos y reinventarnos, impulsados por una inagotable curiosidad.

Por Cuauhtémoc Medina

Curador en jefe / MUAC

X: @ cuauhmedina

EEZ