Doce años y cinco días después del 27 de octubre de 2011 (cuando estuvieron dos veces a un strike del título, en el juego seis de la Serie Mundial contra los Cardinals de San Luis), los Rangers conquistaron su primer campeonato en la MLB.
En el beisbol y en el deporte no existen las deudas (o los merecimientos); sin embargo, sí se encuentran los equipos que parecen merecer, al menos, una revancha, y Texas era uno de ellos. Anoche, al fin, alcanzaron la gloria, luego de imponerse 5-0 a los D-Backs de Arizona.
Tras asegurar 4-1 la Serie Mundial, los dirigidos por Bruce Bochy, quien les arrebató el título en 2010, se convirtieron en la vigésimo quinta franquicia (en activo) con, al menos, una victoria. Seattle, San Diego, Tampa Bay, Colorado y Milwaukee son los únicos que todavía no tienen anillos.
Texas ganó todos sus partidos como visitante en la postemporada (11-0), en la costa Este (Tampa Bay y Baltimore), en la costa Oeste (Phoenix), y en casa o muy cerca de ella (Houston). Como dictaba la tendencia, o como tenía que ser, conquistó el título en Arizona.
Por la vía del ponche, como si la historia así lo exigiera, Josh Sborz completó el último out del partido. Los Rangers abrieron el marcador con una carrera en el séptimo episodio, y sentenciaron el resultado con un rally de cuatro en la novena, que esta vez, simplemente, no pudieron desperdiciar.
EEZ