Suele ser algo simple: un partido con mayoría legislativa, así sea mínima, elige a su líder, que en el caso de la Cámara baja del Congreso de EU se convierte en el tercer hombre en la línea de sucesión presidencial.
Sin embargo, no es tan simple cuando el grupo está dividido como la bancada republicana.
De acuerdo con expertos, la elección del líder legislativo republicano resulta del juego ideológico y estilo de rechazo a negociar que los políticos de extrema derecha introdujeron en el Congreso para obtener poder.
Fragmentados por visiones que van del centro derecha con inclinación a negociar a la derecha "dura", la división se convirtió en una fuente de problemas para los republicanos.
Según la prensa estadounidense, los "duros" usan la intimidación para "convencer" a rivales ideológicos y mantener una unidad partidista.
Hace tres semanas, el entonces presidente cameral, Kevin McCarthy, fue depuesto cuando legisladores de derecha demandaron un voto sobre su liderazgo, por negociar con los demócratas una extensión presupuestal.
El trato y fórmulas transaccionales, como el intercambio de apoyo para proyectos específicos, eran el estilo de gobierno estadounidense. Ahora, ya no.
El rechazo a Jim Jordan, un aliado de Donald Trump que fue definido por republicanos como "terrorista legislativo" y fallido candidato a encabezar la Cámara baja, surge de sus casi 20 años como fuente de problemas para sus correligionarios.
Apreciado en sus esfuerzos por oponerse a los demócratas y lanzar indagaciones sobre la presunta corruptela del presidente Joe Biden, Jordan fue recibido con poco entusiasmo en su intento de convertirse en el líder de los 221 diputados que constituyen la mayoría republicana.
El diputado demócrata, Peter Aguilar, señaló que un voto para nombrar presidente de la cámara a Jordan, sería en favor del "arquitecto de una prohibición nacional del aborto, un negacionista vocal de las elecciones", lo que sería un mensaje terrible.
Aguilar destacó que Jordan está considerado como "un miembro de la toma al Capitolio" del 6 de enero de 2021.
Jim tiene un pobre historial legislativo. En sus 16 años como miembro del Congreso, no ha patrocinado una ley, pero sí fue uno de los fundadores del freedom caucus, un grupo de legisladores ultraderechistas partidarios de la libertad de portar armas, opuesto a la migración y aliados ahora de Trump.
En los 70 y 80, el republicano Jesse Helms era conocido como "el senador no" porque nunca originó propuestas de ley, aunque acompañó muchas, para no deberle favores a nadie. Era ideológicamente "puro" y tuvo un considerable poder como presidente del Comité de Relaciones Exteriores.
Es el estilo que Newt Gingrich llevó a la Cámara baja en los 90, según historiadores.
Hace 40 años, el presidente republicano Ronald Reagan y el líder de la Cámara baja, el demócrata Thomas O'Neill, solían destrozarse en público, pero también reunirse en privado para suavizar tensiones.
Hoy eso no sería posible.
Por José Carreño Figuera
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