En la creciente era de la tecnología digital, el fenómeno del "deepfake" ha surgido como una preocupación creciente en cuanto a la integridad y la seguridad de la información. Estos videos manipulados, que utilizan inteligencia artificial para superponer rostros y voces en vídeos existentes, representan un peligro potencialmente grave en diversos ámbitos, desde la política hasta el entretenimiento.
El término "deepfake" proviene de la combinación de "deep learning" (aprendizaje profundo) y "fake" (falso), reflejando la sofisticación de la tecnología utilizada para crear estos contenidos fraudulentos. Aunque inicialmente fueron conocidos por su uso en la industria del entretenimiento para crear parodias o videos humorísticos, el uso malintencionado de los deepfakes ha incrementado significativamente en los últimos años.
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Uno de los mayores riesgos del fraude deepfake es su potencial para engañar al público y crear confusión masiva. En el ámbito político, por ejemplo, un video falso de un líder mundial pronunciando declaraciones incendiarias podría desencadenar crisis diplomáticas o desinformación a gran escala. Del mismo modo, en el contexto empresarial, los deepfakes podrían utilizarse para manipular el mercado de valores o difundir información falsa sobre una empresa.
Además de su impacto en la esfera pública y empresarial, los deepfakes también plantean serias implicaciones éticas y legales. La capacidad de crear videos falsos de personas sin su consentimiento plantea preocupaciones sobre la privacidad y el uso indebido de la identidad digital. Además, la falta de regulaciones claras en torno a los deepfakes dificulta la aplicación efectiva de la ley contra su uso malicioso.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial, el deepfake aumentó en un 900%, tan sólo entre 2019 y 2020. Además, en 2022, el 66% de los profesionales de la ciberseguridad experimentaron ataques deepfake dentro de sus respectivas organizaciones.
En materia de fraudes financieros, el deepfake es aprovechado por la ciberdelincuencia para cometer ilícitos como:
- Estafas de soporte técnico, donde a través de llamadas o chats de video pueden hacerse pasar por representantes de instituciones financieras empresas para obtener información confidencial de clientes como números de tarjetas o contraseñas para realizar transacciones o exigir transferencias.
- Suplantación de identidad, que conlleva a utilizar videos o audios falsos para hacerse pasar por otra persona. En el contexto financiero se suplanta a un cliente legítimo ante un banco institución.
- Manipulación de informes financieros, los deepfakes pueden utilizarse para manipular grabaciones de ejecutivos que presentan informes financieros a fin de influir de forma negativa en la percepción de inversionistas y con ello afectar a las compañías.
Para prevenir el deepkafe, expertos recomiendan tomar en cuenta las siguientes medidas de seguridad:
- Verificación de fuentes: siempre verifica la fuente del contenido antes de compartirlo o creer en él. Confía en fuentes reconocidas y verificadas para obtener información precisa y veraz.
- Uso de tecnología de detección: utiliza herramientas y tecnologías avanzadas diseñadas para detectar deepfakes. Existen aplicaciones y software que pueden ayudar a identificar alteraciones en imágenes y videos.
- Protección de la privacidad: mantén tus perfiles en redes sociales y plataformas seguros. Limita la cantidad de información personal que compartes en línea para reducir las posibilidades de que alguien cree un deepfake utilizando tus datos.
- Reporte de contenido fraudulento: si encuentras un deepfake o contenido manipulado, repórtalo a la plataforma o red social correspondiente. Cuanto más rápido se identifique y se retire, menos daño podrá causar.
dhfm