MATERIAL ESCOLAR

Las monografías se niegan a desaparecer

La producción ha bajado 50% en los últimos 23 años

ECONOMÍA

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Créditos: Leslie Pérez

Las monografías, como material didáctico en nivel escolar básico, se resisten a desaparecer en la era digital, pese a que su oferta y demanda tiende a la baja. 

Desde su papelería, ubicada en la alcaldía Iztapalapa, Sonia Vázquez reconoció que antes vendía 100 de estas piezas al día, pero hoy sólo vende 10.

“Con la llegada del internet, fueron olvidadas un tiempo, ya no se mueven como antes”, señaló. 

“Con el regreso tras la pandemia, creo que están de vuelta. Los pequeños nos dicen que los profesores les piden no usar el internet, pues no siempre es una fuente confiable”, explicó.

(Créditos: Leslie Pérez)

Con más de 55 años elaborando este tipo de ilustraciones, Ediciones Bob ha sentido la  contracción del mercado. A inicios de siglo, en su mejor momento, la empresa imprimía hasta 360 mil unidades por día; hoy, tras recuperarse de la crisis por el COVID-19, produce 180 mil por jornada, en 23 años bajó 50 por ciento su producción.

“Sin embargo, la monografía sigue aportando al ingreso básico de las papelerías de colonia”, matizó Arturo Blanco, director comercial de la compañía.

“Los niños que van a comprar una monografía, una biografía o un mapa, aprovechan para adquirir un Resistol, tijeras o cuadernos, y eso ayuda a la economía del negocio”, describió.  

(Créditos: Leslie Pérez)

Sonia, quien tiene casi 25 años con la papelería que lleva el mismo nombre, aseguró que la monografía se mantiene gracias a que es un material barato (tres o cuatro pesos), el cual ayuda a que los alumnos se informen e ilustren sus trabajos.

“Sólo 5 por ciento de los niños pueden pagar una impresión por internet que cuesta unos cinco pesos”, explicó. 

“No me vas a creer, pero la mayoría te queda a deber porque no tiene ni para una monografía. Como apoyo para los pequeños les dices ‘ten, toma, llévatelo’, y mejor buscas ganar con otros productos”, relató.  

El directivo de Ediciones Bob agregó que entre las bondades de las monografías, es que “con las imágenes, los alumnos tienen una mayor retentiva. Ayuda a comprender una historia, evento o incluso ver las partes del cuerpo humano”.

Sonia Vázquez, también licenciada en Educación, es optimista sobre este mercado: “Yo creo que no van a desaparecer”.

En tanto, Arturo Blanco ve que algún día van a morir: “Pero no va a ser pronto, faltan muchos años para eso”.

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