Si bien la Cuaresma es una etapa de reflexión y espiritualidad, no lo es de certezas, al menos en cuanto al pescado y los mariscos que consume la gente, así lo asegura Mariana Aziz, directora de Transparencia en Oceana. La especialista tiene datos levantados en una encuesta que determinó que la mayoría de los mexicanos no sabe lo que se lleva a la boca mientras intenta cumplir con los mandatos de la Iglesia.
Debido a la demanda que tienen este tipo de alimentos, es frecuente que muchos comerciantes opten por darle gato por libere a los consumidores o los adquieran por medio de la pesca ilegal. Con esto disminuyen los costos de sus operaciones, pero ponen en riesgo a la gente con productos que no cuentan con la calidad necesaria.
Cuatro de cada 10 pescados son pirata
De acuerdo con la activista, la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca reconoce que al menos el 40 por ciento del comercio de este tipo de animales esté relacionado con algún ilícito.
"Hay una alta posibilidad de que el pescado que tienen las personas en sus mesas provenga de prácticas ilegales", dijo.
Aseguró que las personas deben conocer la ruta que siguen estos productos desde que salen del mar, son transportados en barco y finalizan en los platos de los consumidores.
De otra forma, indicó, es prácticamente imposible que la gente se percate de la procedencia lícita de la mercancía marítima o si lo que se le está vendiendo corresponde a lo que le fue anunciado.
Pueden acabar con el medio ambiente
El riesgo de no tener mecanismos de control en este sector puede atentar además contra el trabajo de miles de pescadores, quienes se enfrentan a una competencia desleal por parte de los "piratas", quienes venden esta mercancía a menores precios.
Además de esto, se pueden ocasionar daños ambientales irreversibles, evitar que las especies se reproduzcan en e inclusive poner en riesgo la salud de la gente.
"La pesca ilegal no se hace obedeciendo las normas para conservación de los océanos", dijo.
Con esta práctica no solamente se afecta a los peces que se sacan del mar, sino que además se actúa en contra de otros animales como los tiburones, las tortugas o los delfines que habitan algunas zonas específicas que son privados de sus alimentos o que enfrentan problemas de salud relacionados con el cambio en su medio ambiente.
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