CASA DE MONEDA DE MÉXICO

El nacimiento de la Real Casa de Moneda de México

En 1535, marcó un hito trascendental mediante la promulgación de la cédula Real transportada por el Virrey Antonio de Mendoza

ECONOMÍA

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Su creación fue vital dada la importancia estratégica de la Nueva España como epicentro comercial y de transito de mercancías, elevando nuestra moneda a un estatus de aceptación y renombre internacional, tanto por la excelencia en la acuñación de sus productos, como de la pureza de la plata utilizada, consolidando su reputación que perdura hasta nuestros días.

Las pruebas de fundición realizadas en 1536 dieron origen a las primeras monedas, denominadas "Carlos y Juana". Desde entonces, la Casa de Moneda de México ha sido una protagonista activa en la evolución tecnológica de la producción de piezas de metales finos.

Al emplear prensas de volante, agilizando y perfeccionando el proceso de acuñación, se impulso una revolución tecnológica que dio pie a piezas innovadoras y aclamadas por su belleza, como las Columnarias. Lo que aunado a medidas de seguridad vanguardistas, como la cuerda al canto para prevenir el robo de plata, fortalecieron la confianza del mercado internacional.

A lo largo de los años, la Casa de Moneda de México ha mantenido el compromiso constante de proporcionar un medio de intercambio seguro y adaptado a las circunstancias económicas. En la actualidad se mantiene a la vanguardia en tecnología, lo que la sitúa entre las mejores del mundo. Un ejemplo reciente es la incorporación de avanzados elementos de seguridad en las monedas conmemorativas de 20 pesos desde 2020, como el Microtexto y la Imagen latente, equiparables a las prácticas utilizadas por las prestigiosas Casas de Moneda del Reino Unido y Canadá.

El proceso de ensamblaje de las piezas bimetálicas y trimetálicas mexicanas, incluyendo las monedas conmemorativas de $20, es característico de la Casa de Moneda de México.

La Imagen latente es un dispositivo de seguridad que revela una imagen según la inclinación y posición de la moneda, refleja un proceso meticuloso que utiliza herramientas y láseres de alta gama, confiriendo a las piezas un nivel de prácticamente infalsificable.

Además de la certeza que ofrece la Ceca mexicana por sus elevados estándares de calidad y seguridad, la belleza de sus diseños ha sido reconocida a lo largo de la historia.

Los numerosos premios obtenidos por la Casa de Moneda, desde la pieza "Iberoamérica-Encuentro de dos mundos" en 1991 hasta las monedas conmemorativas de 2022, son testimonio de su excelencia artística y técnica. La participación en conferencias internacionales, como la "Banknote and Currency Conference," subraya su prestigio a nivel global.

El destino adecuado para sumergirse más en la riqueza histórica de la Casa de Moneda de México es el Museo Numismático Nacional, a cargo de la institución.

Caminado por las salas de amonedación o por la fragua no puede evitarse imaginar el sonido de metales que chocan entre sí, martillos y máquinas en funcionamiento, ruedas y chirridos, como si estuviera habitado por un rumor que desde el silencio emerge, un eco del bullicio que debió ser el diario acontecer de los trabajadores monederos cuando el hoy Museo era sede de la Casa de Moneda de México.

La Casa de Apartado ha sufrido diversos cambios en más de 350 años de vida industrial con diversas adaptaciones, quizá una de las más significativas ha sido el proceso de convertirse en un museo. Por primera vez en su historia, el sitio dejó de ser una fábrica. Lo que implicó que su personal cambiara de actividades y sus máquinas y utensilios de trabajo comenzaron a ser entendidos más allá de ámbito de la producción. En el proceso de convertirse en un museo, el inmueble ha explorado nuevos modos de ser y se adapta a ellos. En los últimos años resulta un espacio para el análisis y el conocimiento tanto de la numismática como de una parte del patrimonio fabril mexicano, pero también constituye un resguardo de la memoria colectiva de los trabajadores y punto de vinculación cultural con los vecinos de la zona en que se encuentra. En sus salas se muestra, través de fotografías, la vida obrera e instrumentos de trabajo que han adquirido un carácter nuevo como testimonio no sólo de un horizonte industrial, sino también como parte de las historias de vida que conformaron este espacio. Ahora ya no son objetos y espacios para el trabajo fabril, sino aceleradores para la construcción de la memoria.

Desde sus inicios, el inmueble de la Casa del Apartado estuvo relacionadas a labores fabriles. En el siglo XVII estuvo relacionado a la separación del oro y de la plata, cuyo proceso incluía la fabricación de vidrio, ácido nítrico y sulfato de cobre. Su establecimiento dio nombre a la calle que subsiste como del Apartado. Tras su reedificación, este espacio albergó también la cuarta sede de la Casa de Moneda combinando sus unciones con el Apartado hasta 1906. Por tanto, en esta fábrica se elaboró la producción de moneda metálica por más de 140 años ( 1850- 1992).

Las crecientes necesidades de acuñación y actualización tecnológica hicieron que este inmueble y sus instalaciones resultaron limitados, por lo que, en 1970, fue necesaria la inauguración de una nueva Casa de Moneda ubicada en un complejo situado en la Calzada de Legaria. Unos an~os más tarde, en 1983, comenzó a funcionar otra planta ubicada en el estado de San Luis Potosí en la cual se concentra, desde 2000, la total producción actual de moneda mexicana.