En las fiestas “godinez” de fin de año es común como casi en toda reunión que haya alcohol de por medio para que los invitados pasen un momento ameno y de distracción; sin embargo, el consumo excesivo de las bebidas embriagantes puede desencadenar pleitos o situaciones que podrían condicionar un despido a los involucrados.
De manera que quedar emborrachado en las fiestas de fin de año en el trabajo puede ocasionar que haya un altercado que tenga consecuencias graves para los implicados, ya que aunque el hecho de embriagarse sea parte del libre albedrío de los participantes y no afecte de forma directa a la estancia de los empleados en las empresas, si conlleva un riesgo.
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La cena de fin de año aunque no es parte de las actividades laborales que comúnmente se hacen en el resto del año, sí es considerado como un acto oficial para las empresas, por lo que debe anteponerse la buena fe, según destacó Susana Rodríguez, integrante de la firma de abogados Legálitas, citada por el medio Cadenaser.
“Es una cena oficial, no es un momento de trabajo, pero tenemos que guardar cierto cuidado, porque actúa el principio de buena fe": Susana Rodríguez.
Como cada año, en la fiesta de fin de año se presenta varias personalidades que relatan los empleados desde el compañero que es insoportable, al jefe que no es tratable y el trabajador que es tímido y al final termina desatado, todos esos comportamientos quedan registrados en las empresas, acotó Rodríguez, lo cual puede ser contraproducente para los asistentes.
Por lo tanto, el empleado que tome alcohol en exceso y termine borracho que haya tenido un comportamiento cuestionable a lo largo de su estancia en la empresa, es propenso a que lo despidan por la reiteración en su indebido comportamiento.
Pero también el hecho de quedar ebrio implica que el trabajador pueda incurrir en otras faltas graves como provocar una pelea o bien hacer alguna otra acción como molestar a sus compañeros o incluso acosar sexualmente a alguna compañera o compañero durante la fiesta, situaciones que son válidas en el momento de decidir despedirlo ya que faltó al apego ético y de responsabilidad de las empresas.