El aguinaldo es uno de los pagos más esperados año con año por parte de los trabajadores que por derecho les corresponde por haber laborado en las empresas durante todo un año, o bien su equivalente, tal como lo estipula la Ley Federal del Trabajo. No obstante, pese a haber renunciado o ser despedido, aun el empleado tiene derecho a recibir el monto.
El pago del aguinaldo es una prestación que por ley todos los empleados deben recibir ya sea si tienen base o fueron contratados como trabajadores de confianza, son sindicalizados, de planta, por obra o por tiempo determinado, tal como lo dicta la ley del trabajo.
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¿Cuándo debe caer el pago del aguinaldo?
La entrega del aguinaldo puede comenzar a darse desde antes del mes de diciembre, mes límite para que los dueños de las empresas paguen a sus trabajadores, por lo que en algunos casos el monto puede reflejarse desde las últimas dos semanas de noviembre aprovechando el inicio del Buen Fin, iniciativa donde los costos de productos y servicios están con ofertas especiales.
La fecha límite para que caiga el depósito del aguinaldo está pactado para verse reflejado antes del 20 de diciembre en este 2023, cuyo monto mínimo debe ser equivalente a 15 días de salario del empleado beneficiario.
¿Cuánto me toca si me despidieron o renuncié?
En el caso de que el trabajador haya renunciado o bien haya sido despedido por la empresa donde ofrecía sus servicios, todavía puede acceder al pago del aguinaldo, aunque este será de manera proporcional a la fecha donde se deslindó del empleador.
Para el caso de haber renunciado antes del 20 de diciembre se deberá pagar al empleado una cantidad que cubra la parte proporcional que laboraron, pero en caso de haber sido despedido tras trabajar más de un año, en el momento de la liquidación deberá incluirse el pago del aguinaldo equivalente a los 15 días de trabajo.
Si se laboró menos de un año, entonces se deberá dividir el sueldo neto entre 30 para luego multiplicarlo por 15 que son los días de aguinaldo para después dividir el resultado entre los 365 días del año. El número que dio la operación finalmente se deberá multiplicar por la cantidad total de los días que se trabajó.