Guillermo Rosales, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, asegura que los datos más recientes del INEGI, que indican un crecimiento del 1.9 por ciento en la venta de autos, son señal de que el sector vive un estancamiento, del cual no se ha podido recuperar.
"No hay todavía una recuperación de los efectos negativos que trae consigo la pandemia", dijo.
Explicó que a nivel mundial la producción de estos vehículos no ha podido ser normalizada, pues además de la crisis no se ha podido solucionar los problemas relacionados con los semiconductores, contenedores, así como los de logística.
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En entrevista con Darío Celis para El Heraldo Media Group en el programa tiempo de Negocios, indicó que los procesos de manufactura se han visto afectados al punto de que una vez que se ha hecho la solicitud de compra de un automóvil, se puede entregar esta unidad hasta dos meses después de esto.
"Siguen haciendo falta vehículos para entregar", dijo.
Informó que hay modelos con mayor demanda que tienen periodos de entrega mucho mayores. A esto sumó la merma en la capacidad de compra de la población.
"Contemplamos que es muy probable que al cierre del año tengamos una venta total de vehículos que puede estar entre un millón 25, un millón 30 mil unidades; si no tuviéramos problemas del suministro, estimamos que la venta total al final del año hubiera llegado a un millón 80 mil unidades", dijo.
Destacó que estos números contrastan como menores a los que se obtuvieron el año pasado. La crisis, acotó, se verá demostrada en mayor medida el próximo año, cuando la producción sea normalizada, pero las ventas sigan bajas.
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