El programa gubernamental Jóvenes Construyendo el Futuro no puede decirse que ha sido un éxito, y en donde la responsabilidad es compartida entre la empresa y el joven, comentó Mónica Flores Barragán, presidenta de ManpowerGroup Latinoamérica.
“El Programa Jóvenes Construyendo el Futuro no se puede afirmar que ha sido un éxito, pero tampoco se puede decir que ha sido un fracaso generalizado”, apuntó la directiva.
El éxito, expresó, depende en parte de las empresas, que tienen que invertir en tutores y que ve en este programa un plan de negocios, así como del joven, ya que no todos tienen ganas de trabajar o de una convocatoria de tres mil y que sólo llegan 300, por la distancia, porque no les gusta por diversas razones.
“Creo que es mejorable. Un programa de este estilo sería exitoso, pero requiere recursos. Si funcionara en todas las compañías y todos los casos sería un exitazo en este país”, aseveró Flores Barragán.
Refirió que como idea es muy buena y tuvo sus problemas de implementación, sin embargo, para un proyecto tan ambicioso como éste, se necesita que tanto los jóvenes estén interesados en aprender y la empresa dedique recursos para enseñar.
Se necesita un coaching para que le enseñe al joven a desarrollar las competencias y habilidades que le ayudarán a tener un empleo; también hay un tema de seguimiento, para saber en dónde estuvo la persona y qué competencias desarrolló para después poderla seguir orientando y sofisticando sus habilidades.
La presidenta de ManpowerGroup Latinoamérica expresó que es importante entender quiénes están entrando al proyecto, porque no son sólo jóvenes con bachillerato o licenciatura trunca, sino también con licenciatura terminada y Maestría.
Algunos sólo entran al programa en lo que encuentran otra oportunidad laboral o para sumar horas de experiencia que le pedían en otros trabajos; otros renuncian porque queda lejos de su casa, el costo del transporte o no es lo que se esperaba.
PAL